Dumba, la elefanta asiática con residencia en Barcelona, vuelve a estar explotada en un circo después de que la Generalitat de Catalunya no tomara las medidas solicitadas.
Recientemente las autoridades francesas realizaron una inspección al Cirque de Paris en la localidad de Saint Marcel. Y se pudo comprobar que, además de llevar más leones de lo permitido, la gira también cuenta con la presencia de la elefanta Dumba.
Durante el show la elefanta tiene que patear pelotas, sentarse, pasear a un perro y, al final del espectáculo, permanecer arrodillada para que los asistentes del público más atrevidos se sienten en su falda para una foto.
One Voice, entidad francesa de protección animal denunció el caso a las autoridades francesas. La Federación de Veterinarios de Europa ya alegó en su declaración de 2015 que los circos con animales salvajes no pueden garantizar la seguridad de las personas ni el bienestar de los animales y las imágenes de los ejercicios a los que es sometida Dumba parecen sacadas de otra época.
A pesar de haber declarado en diferentes entrevistas que Dumba ya casi no trabaja, queda evidente que los propietarios de Dumba siguen alquilándola a diferentes circos, privándola de los requisitos mínimos de bienestar para un animal de su especie.
Los elefantes necesitan vivir en manada, caminar un mínimo de 50 kilómetros al día y tener acceso a agua constante. Dumba no dispone de nada de todo esto, ni en el jardín de Caldes de Montbui, ni cuando viaja en su camión, sin ventilación ni adecuación para el transporte de animales.
Tras años de denuncia, se pidió el decomiso de Dumba entregando 100 mil firmas de su petición #FreeDumba a Ferran Miralles, Director de Territori y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya. Pero éste decidió pedir una segunda opinión a expertos internacionales en elefantes antes de tomar cualquier decisión.