La historia de la orca Tahlequa es ya conocida mundialmente y conmovedora. Se trata del ejemplar que nadó cargando a su cría muerta durante 17 días en un aparente acto de duelo, en 2018.
Ahora, años después, dio a luz a un nuevo bebé. Así lo confirmó Michael Weiss, director de investigación del Centro de Investigación de Ballenas.
La cría de Tahlequah, conocida por los investigadores como J35, fue vista por primera vez el 20 de diciembre mientras nadaba junto con la manada “J” en el área de Puget Sound, Estados Unidos.
La historia de la orca Tahlequah
Fue en 2018 cuando el duelo de esta orca, conocida por los investigadores como J35, comenzó a ocupar titulares en el mundo. Es que nadó más de 1000 millas, o 1600 kilómetros, junto al cadáver de su cría, que murió horas después de nacer, durante 17 días.
Dos años después, en 2020, Tahlequah volvió a dar a luz a un bebé y ahora, en 2024 volvió a convertirse en madre, esta vez por sorpresa.
En un principio, los investigadores no pudieron confirmar con certeza la identidad de la cría. Sin embargo, finalmente identificaron signos de confianza y seguridad entre ambos. Identificaron a Tahlequah como la madre y al bebé como el alfanumérico J61.
“Estaba mirando mis fotos para ver quiénes eran las ballenas que pasaron cerca del lado de babor del ferry en el que estaba y noté un dorsal mucho más pequeño en una de las fotos”, detalló un fotógrafo experto en naturaleza a CNN.
“Mi primera reacción al ver a la cría fue de completo shock“, resumió. Mientras miraba la serie (de fotografías), me di cuenta de que era una cría muy pequeña, mucho más pequeña que cualquiera de las crías conocidas del grupo”, describió.
“Basándome en el tamaño y el color de la cría, me di cuenta de que era una cría nueva y que viajaba con J35, mi ballenato, la ballena que inició mi obsesión”, relató.
Preocupa la población de orcas en la zona
Si bien la noticia del nacimiento de la nueva cría es alegre y esperanzadora, los investigadores aún están preocupados por la población de orcas residentes del sur.
Están catalogadas como especies en peligro de extinción en Canadá y son “una de las poblaciones de mamíferos marinos en mayor peligro crítico de extinción en EE.UU.”, según los investigadores.
Según los investigadores, la población creció entre finales de los años 1970 y mediados de los años 1990, y alcanzó un máximo de 98 animales. Este año, el censo de población contabilizó 73.
En base a este problema, el Centro de Investigación de Ballenas dijo en una publicación en Facebook: “La población de orcas residentes del sur necesita un amplio acceso a su suministro de alimentos, principalmente salmón, para sobrevivir y prosperar. Cada nacimiento cuenta y estas ballenas necesitan suficiente pescado para poder mantenerse a sí mismas y a sus crías”.
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