La lucha de un hospital italiano para rescatar tortugas marinas enfermas por el plástico

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A fines de febrero del 2020, los cuidadores del Centro de Recuperación de Tortugas Marinas de Brancaleone en Italia lanzaron al mar una tortuga con tres aletas apodada Futura. Futura, una tortuga boba (Caretta caretta), había quedado atrapada en una red de nailon y una cuerda que apretaba una de sus aletas delanteras. El hospital se vio obligado a amputar una de sus aletas.

Los desechos relacionados con la pesca y los plásticos en el océano son mortales para las tortugas marinas. Las tortugas a menudo confunden el plástico con comida porque se parece físicamente y, como descubrió un estudio, puede oler a comida. El plástico puede asfixiarlas y perforar sus órganos internos. Y cuando las tortugas quedan atrapadas en las redes a menudo se ahogan, ya que son incapaces de salir a la superficie para tomar aire.

Cada año, el Centro de Recuperación de Tortugas Marinas de Brancaleone rescata alrededor de 50 de estos reptiles. La mitad de ellos ha comido plástico, según Filippo Armorio, director del centro. Las observaciones de Armorio hacen eco a los hallazgos de un estudio de 2015 que descubrió que el 52 % de las tortugas marinas han ingerido plástico.

Armorio y sus colegas enfrentan múltiples desafíos a la vez. Las tortugas atrapadas en redes de pesca a menudo también han comido plástico. Entonces, en un esfuerzo por reducir la cantidad de plástico en el océano, los voluntarios del centro de recuperación organizan limpiezas semanales de la playa.

Los estudios muestran que, aunque las limpiezas de playas tienen pequeños beneficios locales, no hacen mucho para acabar con el problema mundial del plástico. Cada año, se estima que entre 5 y 13 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos. Aun así, los investigadores están de acuerdo en que la limpieza de playas es una forma importante de crear conciencia sobre el problema de la contaminación.

En Brancaleone, el personal del centro de recuperación espera que el público pueda ayudar a alentar a las empresas a encontrar alternativas a los envases de plástico. Hace unos años, una tortuga boba que cuidaba el centro de recuperación murió con el estómago lleno de este material. El equipo encontró en su estómago bolsas de plástico, tapas de pasta de dientes y de botellas.

«En promedio, encontramos solo unos pocos gramos, alrededor de 10, 20, 30 gramos» o hasta una onza, pero en algunos casos, encontramos 70, 80 gramos o casi 3 onzas. El desafío es verdaderamente titánico», dice.

Brancaleone está justo en el estrecho de Messina, un pequeño tramo del Mediterráneo que separa Italia continental de la isla de Sicilia. La región es rica en peces y atrae tanto a las tortugas como a los pescadores. Aunque la basura plástica es una gran preocupación para el personal del centro de recuperación, los cuidadores dicen que la pesca es el factor principal en la mayoría de las muertes de tortugas marinas.

Futura, la ahora tortuga de tres patas, escapó por poco de la muerte. Es poco probable que las tortugas marinas sobrevivan cuando están atrapadas en una red porque impide su capacidad de salir a la superficie en busca de aire y puede impedir su alimentación. Si la infección en la pierna de Futura se hubiera extendido, no habría sobrevivido. Después de meses de rehabilitación, está de vuelta en la naturaleza.

«Por un lado, te entristece separarte de ella», dijo Giulia Mazzanti, que trabaja en el hospital de tortugas. «Pero, por otro lado, estás muy feliz porque su vida está comenzando de nuevo».

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