La nueva vida de la elefanta Mara tras dejar el Zoo porteƱo

MƔs leƭdas

En una entrevista telefĆ³nica, Scott Blais, director del Santuario Global para elefantes asegura que Mara ā€œno para de hablarā€œā€¦ Ahora es muy feliz y disfuta de la libertad.

Tras haber sido sacada de su habitat y haber pasado 25 aƱos en el Zoo porteƱo divirtiendo turistas y visitantes, Mara ahora se encuentra en libertad e incluso ā€œcorre, canta y juegaā€ de la felicidad dentro de un santuario para elefantes ubicado en Brasil. ā€œ El brillo de su mirada ha vuelto ā€ .

El director del santuario contĆ³ en la entrevista quĆ© ā€œNuestra casa estĆ” en la cima de un cerro y los elefantes estĆ”n abajo, en el valle. Casi todas las noches escuchamos a Mara desde casa, trompeteando y hablando. Es hermosoā€.

Mara incluso tiene amigas, desde su llegada la gran elefante asiĆ”ticaĀ ha forjado un vĆ­nculo de amistad con su compaƱera elefante Rana.Ā Se cuidan, juegan, cantan e incluso se alimentan acompaƱƔndose la una con la otra.

AdemĆ”s de las elefantes asiĆ”ticas, el santuario se estĆ” preparando para recibir elefantes africanos como lo son Pupi y Kuki, pero estos al ser de diferente sub-especie no deben ser juntados ya que sus estilos de vida son diferentes. Los asiĆ”ticos tienen una manera de alimentaciĆ³n ā€œsuaveā€ solo comen pequeƱas hojas y ramas cortas mientras que los africanos se alimentan de grandes cortezas.

SegĆŗn el director Scott los elefantes africanos ā€œRequieren mĆ”s paciencia que los asiĆ”ticos, porque tienen una energĆ­a muy alta. Se vuelven loc0s, se hacen los tont0s, te hacen reĆ­r. Pupi y Kuki son bastante tranquilas, pero es probable que cuando lleguen acĆ” cambien mucho y sean mĆ”s juguetonas. Los elefantes asiĆ”ticos son un poco mĆ”s introspectivos y analĆ­ticosā€.

Por el momento el santuario es habitado unicamente por cuatro elefantas asiƔticas, es por esto que estƔn construyendo un nuevo recinto el cual tendrƔ una medida de mƔs de 30 hectƔreas de terreno para el recibimiento de Pupi y Kuki.

El santuario tambiĆ©n separa a los animales por gĆ©nero, para evitar que se reprodvzcan esto para evitar el cautiverio de la especie. El director del santuario afirma quĆ©: El objetivo de este lugar esĀ darles la mejor vida posibleĀ a los animales que ya existen.

La vida de los elefantes en el santuario ha cambiado ā€œdel cielo a la tierraā€ y un claro ejemplo de esto es Mara quien ahora vive una vida feliz, rodeada de compaƱeras con las que juega y canta, y ademĆ”s unos cuidadores que estĆ”n muy pendientes de ella. Luego de 25 aƱos de zoolĆ³gico, esta es la vida que realmente se merece.

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