Este hallazgo, único en el mundo, se encuentra en la localidad llamada el Chañaral, en el departamento Coronel Felipe Varela y tuvo repercusión en los principales medios del mundo como la BBC de Londres, National Geographic, Washington Post de Estados Unidos, entre otros.
El investigador y autor del estudio del centro regional de La Rioja del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CRILAR-CONICET), Lucas Fiorelli comentó que “luego de trabajar durante varios años en la zona del Parque Talampaya, tuvimos otro descubrimiento muy importante como son los sitios que representan letrinas fósiles de 240 millones de años, que es la primera evidencia de que los primitivos reptiles compartían terrenos colectivos para hacer sus necesidades”.
El estiércol hallado contiene información valiosa sobre cómo era la dieta prehistórica, las enfermedades que padecían los animales y la vegetación que los rodeaba, indicó y luego añadió que el comportamiento de esas especies es similar a la de los elefantes, antílopes y caballos en la actualidad que “defecan en espacios sociales para marcar territorio y para evitar la propagación de parásitos”.
Estas “letrinas comunitarias” se ubicadas en siete enormes parcelas en la formación Chañares, en la provincia de La Rioja y tienen “hasta 40cm y varios kilos de peso. Algunos de los excrementos tenían forma de salchicha, otros de óvalos perfectos, con colores que varían entre gris pálido y el violeta oscuro”.
Fiorelli comentó que los primeros hallazgos se produjeron en 2012 y este año “volvimos a realizar un trabajo de campo y pudimos realizar estudios de fondos de cada uno de los fósiles”.
Con respecto a los “autores de este baño comunitario” Fiorelli dijo que “sólo una especie puede producir bultos tan grandes, y encontramos sus huesos desperdigados por todos lados en el sitio” y su nombre es “Dinodontosaurus, un megahervívoro de semejante a los rinocerontes modernos”.
“Estos animales eran dicinodontes, reptiles relacionados con el origen de los mamíferos que eran comunes en el período Triásico, cuando comenzaban a aparecer los primeros dinosaurios. El hecho de que compartieran letrinas sugiere que eran gregarios, animales de manada, que tenían buenas razones para defecar estratégicamente”, dijo Fiorelli.
Luego añadió que este comportamiento era en primer lugar “importante para evitar los parásitos, pero también una advertencia para predadores. Si dejas un montón enorme, estás diciendo somos una gran manada”.
Según el registro de los investigadores, el sitio tenía una densidad de 94 cacas por metro cuadrado. Y los excrementos estaban esparcidos en parcelas de 900 metros cuadrados.
Por otro lado comentó que “”una capa de ceniza volcánica preservó a los montones de estiércol, que hoy son como cápsulas del tiempo y cuando se parten revelan fragmentos de plantas extinguidas, hongos y parásitos intestinales. Cada excremento es una foto de un ecosistema antiguo, de su vegetación y su cadena alimentaria”.
Fiorelli además remarcó que “este importante descubrimiento deja las puertas abiertas para futuras investigaciones de magnitud”. En este sentido remarcó que “también posiciona a la paleontología de La Rioja en los primeros lugares del mundo”.
En cuanto a la continuidad de las investigaciones señaló que hay varias en carpeta dentro de lo que es el Parque Talampaya por lo que “esperamos seguir contando con el apoyo de los Estados Nacional y Provinciales, porque los fondos con los cuales estamos trabajando provienen del gobierno de la provincia”.Estas investigaciones se realizaron de manera conjunta entre el CRILaR, un investigador argentino radicado en Inglaterra, el Museo Bernardino Rivadavia de Buenos Aires y las Universidades de Córdoba y San Juan.
Nueva Rioja