Las aves migratorias envejecen más rápido y por tanto, están expuestas ‘potencialmente’ a una muerte más temprana a causa del estrés, según revela un estudio publicado en la revista científica ‘The Auk: Ornithological Advances’.
Durante la investigación, los científicos han descubierto que las aves que emigran tienen unos telómeros –estruturas que garantizan la estabilidad de los cromosomas– más cortos que las aves sedentarias conforme cumplen años.
Para la autora del estudio e investigadora en la North Dakota State University, Carolyn Bauer, el hecho de que los telómeros sean más cortos provoca que las células estén menos protegidas y que mueran. Según Bauer, el estrés es un factor que puede hacer que los telómeros se acorten.
No obstante, para la científica, este problema en las aves migratorias es un coste derivado de escapar de los duros inviernos e ir a latitudes con mayores fuentes de alimento. Junto a sus colegas de investigación, Bauer cree que este comportamiento se entiende por las ventajas reproductivas de anidar en habitats más ricos.
Los investigadores esperan que en futuros estudios se pueda determinar si los cortos telómeros reflejan el estrés de la migración en sí misma o si la longitud de éstos está negativamente relacionada con las distancias migratorias.
Ecoticias