Más de 300 renacuajos y ejemplares juveniles de la rana marsupial andina (gastrotheca riobambae) se liberaron en un parque del sur de Quito con la misión de repoblarlo en un proyecto para evitar la desaparición de esta tradicional especie de la capital de Ecuador, amenazada por la expansión urbana.
Los ‘uilli uillis’, como se acostumbra a denominar popularmente a los renacuajos en Quito y sus alrededores, comenzaron su nueva vida en el parque Las Cuadras, que cuenta con una laguna de 2.250 metros cuadrados y un hábitat donde antes era habitual su presencia.
El parque, enclavado en el bullicioso y pujante sur de la ciudad, recibe la visita de unas 5.000 personas a la semana, según datos del Municipio de Quito, que a principios de octubre inició trabajos de recuperación y restauración de su laguna, donde pidió a la población no liberar peces que pueden actuar como especies invasoras contra los animales endémicos de la zona, como la rana marsupial andina.
“En esta zona hay vegetación, aún hay árboles y la administración del parque está muy interesada en que vuelva la biodiviersidad y que estos espacios sean seguros para la fauna”, dijo a EFE Thais Carvajal, que participó en la reintroducción de los ejemplares.
La liberación
La liberación se realizó como parte del proyecto que lidera el Zoológico de Quito para recuperar las poblaciones de la rana marsupial andina en la capital ecuatoriana, lo que incluye acciones para proteger su hábitat, de modo que no se pierda el canto de estos batracios que hasta hace algunas décadas era típico escuchar en el ambiente urbano de la ciudad.
Estos ‘uilli uillis’ llegaron desde un criadero en el cerro La Luz de Puéllaro, un área rural del norte de Quito donde los renacuajos nacieron en un estanque artificial. Allí, un equipo del QuitoZoo los rescató hace pocos días para efectuar esta reintroducción.
“Antes se realizaron en la laguna de destino muestras de agua para verificar el nivel de cloro, de PH y de químicos, ya que los ‘uilli uillis’ respiran por su piel y necesitamos saber que el agua esté limpia”, comentó Carvajal.
Rana con marsupio
La líder en conservación explicó que la rana marsupial andina se caracteriza por sus colores verdes y cafés y puede llegar a medir hasta siete centímetros.
“Lo más característico es que las hembras, en la parte dorsal inferior tienen el marsupio (bolsa). Cuando tienen huevos, los van a cuidar ahí y cuando sean grandes los van a dejar en la charca como ‘uilli uillis’”, comentó.
El Zoológico de Quito recordó que los anfibios son animales muy importantes para la salud de los ecosistemas, ya que son indicadores de la calidad del ambiente donde habitan, al combatir plagas como mosquitos y otro tipo de insectos.
En el caso de la rana marsupial andina, esta acarrea también una historia con la comunidad quiteña, a través del recuerdo de varias generaciones que la vieron nacer, crecer, saltar y cantar entre charcos y pozas de jardines y parques.
Especie casi amenazada
Actualmente esta especie se encuentra bajo la categoría de ‘casi amenazada’ según la última Lista Roja de Anfibios del Ecuador y su situación, pese a ser una preocupación ambiental, es un tema desconocido para la ciudadanía en general.
En 2022 se realizó una liberación similar de más de un centenar de ‘uilli uillis’ en el Parque Bicentenario, situado en el norte de la capital ecuatoriana, donde antes se asentaba el antiguo aeropuerto.
En ese parque un grupo de estudiantes de la estatal Universidad Central del Ecuador (UCE), de la materia de Manejo y Restauración Ecológica participaron en junio en un monitoreo de rana marsupial andina, con el objetivo de verificar el crecimiento de los ejemplares introducidos dos años atrás.
Uno de los sectores donde se llevó a cabo el monitoreo fue en las pozas construidas por el proyecto Sembrando Raíces, una iniciativa familiar que sembró en el bosque del Parque Bicentenario 155 plantas, entre árboles, arbustos y plantas herbáceas.
El registro efectuado durante tres días, en monitoreos de aproximadamente cinco horas, dejó como resultado el hallazgo de tres adultos y cuatro juveniles de rana marsupial andina, así como de 111 ejemplares de ranas cutines de Quito (pristimantis unistrigatus).
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