Cuando se trata de construir un nido, algunas especies de pájaros como los carboneros pierden toda timidez durante este breve periodo. El pelo de los mamíferos, preferido por las aves, es fácil de transportar, puede instalarse fácilmente gracias a su flexibilidad, y brinda protección y calor a las crías recién nacidas.
Sin embargo, hasta ahora no estaba claro cómo las aves obtienen el pelo de los animales para la construcción de sus nidos. Antes se pensaba que los pájaros recogían pelos que se habían ya caído de otros animales o de cadáveres.
El robo de pelo, o “Kleptotrichia”
Pollock y su equipo de investigación lograron averiguar que otras aves también tenían ese comportamiento. De hecho, las aves tenían diferentes tipos de víctimas, como los zorros. Además, no les importaba si el mamífero estaba durmiendo.
Para definir el comportamiento de las aves que roban descaradamente los pelos de otros animales, el equipo liderado por Pollock decidió llamarlo “Kleptotrichia”, que se compone de dos palabras griegas: “kléptein” para robar, y thrix, para pelo.
El pelo de los perros, un peligro para las aves
Asimismo, unos investigadores neerlandeses habían descubierto en 2020 que los parásitos que se encuentran en el pelo de los perros, llamados ectoparásitos y que están destinados a evitar a las garrapatas, pueden ser peligrosos para las aves pequeñas.
De este modo, lo mejor sería evitar dejar el pelo de los perros en el jardín o cepillarlos ahí. Para ayudar a las aves a construir sus nidos, es mejor, por ejemplo, dejarles hierbas secas, ramas delgadas, algo de heno o musgo. Además, también sirven las plumas de pollo o lana de oveja de la granja. Los hilos de lana natural también son muy populares.
Lo principal es que el material de anidación esté seco, que cuelgue fuera del alcance de los gatos cazadores y que no sea demasiado grande para que los pájaros puedan seguir transportando las fibras al nido.