Winner, el único oso polar con el que contaba el Zoologico porteño, murió este martes producto de las altas temperaturas registradas el lunes en el área metropolitana y el ruido generado por la pirotecnia en Navidad.
‘Con profunda tristeza, queremos comunicarles que en murió nuestro oso polar, un animal muy querido por todos el personal del Zoo de Buenos Aires’, afirmó la entidad a través de su Facebook.
‘Como consecuencia de los inusuales picos de temperatura, combinado con la pirotecnia del 24 a la noche y el temperamento nervioso del oso, dificultaron la normal termorregulación, llevando a la muerte del mismo’, agregó el Zoo.
Según la autopsia realizada al animal falleció por hipertermia. ‘La muerte por hipertermia tiene un contenido ambiental y otro individual asociado al temperamento del individuo’, explicó el Zoológico.
Según informó el director de Bienestar Ambiental del Zoo, Miguel Rivolta, Winner fue ‘el último ejemplar en su tipo en el parque porteño’ y remarcó que falleció por lo que se conoce como ‘un golpe de calor’.
‘Además del calor, su carácter también influyó porque era él siempre era muy nervioso y activo, y el calor le provocó un estrés que lo hizo terminar en un cuadro de shock’, explicó Rivolta.
No obstante, reconoció ‘hay que hacer una autocrítica’ sobre el deceso del animal y, especialmente, ‘si debemos seguir teniendo osos polares en cautiverio’.
Winner fue hallado sin vida durante las primeras horas del 25 de diciembre, informó el especialista, quien aclaró que previo a las fiestas ‘no le administraron sedantes, previendo que los efectos que produce la pirotecnia a los animales, que está contraindicado’.
Según el informe del funcionario, ‘un animal dormido con calor tiene más probabilidades de morir porque no puede termorregularse mediante el jadeo o el acceso a una fuente de agua’.
Winner tenía 14 años y pesaba unos 400 kilos. Había llegado al Zoo procedente de Santiago de Chile.
El Zoo porteño tuvo osos polares durante muchos años. Originalmente, estaban en la vieja osera, con una pileta de 2,5 metros de diámetro que apenas permitía qeu el oso se bañara.
‘Con el tiempo, fueron mejorando las condiciones de alojamiento y en 1993 se inauguró el actual recinto con una pileta de 145 mil litros, una paridera y tre bretes internos’, informó el Zoo porteño.