Tras una larga espera, lucha de por medio de agrupaciones proteccionistas y contienda judicial, el chimpancé Toti está más cerca de la libertad.
El animal lleva 33 años, desde que nació, de cautiverio. Desde el 2013 permanece encerrado en el zoológico privado Bubalcó, cerca de la localidad de Allen, en Río Negro.
El chimpancé Toti, a un paso de vivir en libertad
Hace años grupos proteccionistas exigen el traslado del chimpancé Toti a un santuario, para terminar con un cautiverio que lleva 33 años.
Nació el 29 de agosto de 1990, en el zoológico de Jorge Cutini en Ezeiza, provincia de Buenos Aires. Poco después, lo separaron de su madre y lo trasladaron otro predio en Florencio Varela.
En el 2008 llegó a un zoo en Córdoba y desde el 2013 vive en el de Bubalcó.
En todos estos años, hubo reclamos judiciales protagonizados por organizaciones especializadas en este tipo de casos, movilizaciones de vecinos, reclamos en redes sociales y decisiones institucionales.
Finalmente, la Justicia designó dos entidades para participar activamente de la preparación de Toti.
La Fundación Franz Weber y el Instituto Jane Goodall Argentina, informaron los avances en la causa judicial que tiene como denunciante a la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada).
Ambas fundaciones son las encargadas de la evaluación y preparación del animal.
El futuro de Toti
Toti llegó a Bubalcó trasladado desde el zoológico de Córdoba en el año 2013 y poco tiempo después comenzó una causa judicial, impulsada por Afada. Exigían su traslado a un santuario. La causa, caratulada “A.F.A.D.A. ONG c/ Zoológico Bubalcó s/ Amparo (f)”, se lleva en el juzgado de Familia Nº 17 de Roca.
En abril, ambas organizaciones, Fundación Franz Weber e Instituto Jane Goodall Argentina, designadas por la justicia para el proceso de preparación de Toti, se presentaron a informar que se han cumplido las condiciones necesarias para iniciar una nueva fase de preparación orientada a la futura translocación de Toti a un centro especializado.
Por eso, ahora se trabaja en un “entrenamiento no invasivo”, que consiste entre otras cosas en lograr la familiarización de Toti con nuevas rutinas, la adaptación progresiva al uso de contenedores de transporte y la construcción de vínculos de confianza con el equipo que iría junto a él en un posible traslado a un santuario.

También el entrenamiento “mejora sustancialmente el día a día de Toti, ya que representa un estímulo y enriquecimiento tanto cognitivo como social”, dijeron desde la Fundación Franz Weber a los medios locales.
“Además lo dota de herramientas para colaborar con revisiones
veterinarias no invasivas y así poder ser cuidado y atendido en mayor detalle durante el tiempo que demore la preparación”, agregaron.
Celebraron también la incorporación de un profesional con experiencia en el entrenamiento de grandes simios, quien trabaja desde Río Negro en colaboración con el equipo del Bioparque Bubalcó.