Ratas gigantes africanas podrían ayudar a identificar el tráfico ilegal de fauna

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Las ratas gigantes africanas son roedores que se destacan no solo por su tamaño, sino también por su inteligencia y habilidades excepcionales.

Estas ratas pueden alcanzar longitudes de hasta 80 centímetros, incluida la cola, y pesar entre 1.5 y 3.5 kilogramos. Su pelaje es generalmente de color marrón claro a gris, con un vientre más claro.

Hábitat y Comportamiento

Son nativas de África central y oriental, donde habitan en bosques, sabanas y zonas urbanas. Son especialmente conocidas por su agudo sentido del olfato, que les permite detectar olores a distancias significativas.

En términos de comportamiento, las ratas gigantes africanas son muy sociables y suelen vivir en grupos. Tienen un ciclo de vida corto, alcanzando la madurez en unos pocos meses.

Investigación y Resultados

Como prueba inicial, un grupo de investigadores que publicó un estudio en la revista Frontiers in Conservation Science, entrenaron a 11 ratas en un laboratorio para detectar el olor de las escamas de pangolín (Manis spp.) y una madera dura africana amenazada (Dalbergia melanoxylon). En experimentos posteriores, las ratas fueron entrenadas para detectar cuernos de rinoceronte (familia Rhinocerotidae) y colmillos de elefante (Loxodonta spp.).

Elección de los Experimentos

La elección de los experimentos no fue al azar. Las escamas de pangolín son altamente valoradas en el mercado negro debido a su uso en medicina tradicional y en la fabricación de productos de lujo, convirtiéndolos en uno de los mamíferos más traficados del mundo.

La madera de Dalbergia melanoxylon, conocida como palisandro, es muy demandada por su calidad y belleza, lo que ha resultado en la sobreexplotación de esta especie. Los cuernos de rinoceronte y los colmillos de elefante han sido históricamente objetos de gran valor, impulsando el tráfico ilegal y la caza furtiva.

Rendimiento y Capacidades

Durante las pruebas, las ratas lograron detectar correctamente el 85,71% de los objetivos y solo hicieron falsas alarmas en el 1,3% de los casos. Las ratas demostraron una excelente retención de aprendizaje, manteniendo su capacidad de detectar ciertos olores incluso después de varios meses sin exposición.

Aunque su rendimiento fue comparable al de los perros, se necesita investigar más sobre su capacidad para generalizar olores nuevos y la influencia de las diferencias en el tratamiento de los materiales de entrenamiento.

Limitaciones de la Investigación

La investigación tiene limitaciones. En primer lugar, el entrenamiento y las pruebas se llevaron a cabo en un entorno de laboratorio, que no refleja los entornos donde los animales salvajes son objeto de tráfico habitual.

Se requieren más investigaciones para evaluar cómo pueden operar las ratas en entornos del mundo real. En segundo lugar, tanto las ratas como los perros que detectan olores tienden a generalizar, pero hay poca investigación sobre cuántos tipos de olores necesitan entrenarse para que puedan generalizar bien.

Desafíos y Futuras Investigaciones

Dado que el tráfico de vida silvestre a menudo involucra muchos animales, el entrenamiento realizado con un número limitado de muestras podría no ser representativo. Además, los resultados sobre la detección de marfil deben tomarse con precaución debido a posibles contaminaciones de olores en las muestras.

En resumen, aunque los resultados son interesantes y muestran la capacidad olfativa de las ratas, es crucial considerar la posibilidad de contaminación y la necesidad de más investigación para confirmar si realmente pueden identificar el marfil por sí mismo.

Este estudio demuestra la utilidad potencial de emplear ratas gigantes africanas de bolsa para la detección de contrabando de vida silvestre, aunque se necesita más investigación para establecer la viabilidad de su implementación.

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