A principios de este mes, personal policial de distintas reparticiones de nuestra provincia allanaron una estancia ubicada cerca de la localidad de San Cristóbal, en en norte santafesino. Los uniformados llegaron al lugar luego de una minuciosa investigación, desarrollada por organismos gubernamentales de protección de la naturaleza, que llegó a la conclusión de que allí funcionaba un coto de caza en el que los pumas eran depredados. El corresponsal de El Litoral, Enrique Giussani, y periodistas de Canal 4 Cable Imagen, tomaron registros gráficos en el lugar.
El procedimiento se concretó el 2, en la estancia La Primavera, donde la policía halló a 26 pumas encerrados en condiciones de vida muy precarias. Las jaulas estaban ocultas, a unos 500 metros del casco, y fueron halladas luego de distintos rastrillajes.
El puma se encuentra protegido por legislación específica, tanto a nivel nacional como internacional, y está prohibida su caza en todo el territorio de la provincia.
La tenencia de estos animales dentro del coto hace presumir que eran utilizados para ser cazados por las personas que contrataban los “servicios”. Esta versión se fortalece más aún porque en el establecimiento se encontraron también varios cueros y cráneos de puma y de otras especies protegidas como pecaríes, corzuelas y carpinchos (no existe documentación que acredite su origen). Ahora, la investigación apunta -entre otras direcciones- a determinar de dónde provienen los animales.
La caza furtiva es un delito penal que contempla, como sanción, la pena de prisión. En este caso, habría un agravante y es que se trata de una especia protegida.
El juzgado interviniente ha autorizado que los ejemplares secuestrados que se encuentren en condiciones sanitarias adecuadas sean liberados en ambientes naturales, en tanto que los demás sean trasladados a zoológicos para evaluar su estado y las posibilidades de su reinserción posterior en la naturaleza.
El Litoral Santa Fe