Un cazador furtivo que había ingresado al parque Kruger, en Sudáfrica, murió atacado por un elefante. Sus compañeros de travesía abandonaron sus restos y cuando un grupo de guardaparques y policías intentó rescatarlos descubrió que habían sido devorados por una manada de leones. Sólo encontraron restos de ropa y un cráneo.
El ataque mortal del elefante se dio el martes 2 de abril, pero recién se conoció este fin de semana. Un grupo de hombres -que había ingresado el lunes a cazar furtivamente en el parque Kruger- fue sorprendido por la embestida de un elefante. Uno de ellos murió.
Una vez que el animal se alejó, los compañeros de travesía decidieron llevar el cuerpo de la víctima -no trascendió su identidad ni su edad- hasta un camino cercano, para que en la mañana siguiente fuera encontrado por los lugareños.
Y antes de huir, dieron aviso a un familiar del hombre, quien se encargó de denunciar el hecho ante las autoridades. Un grupo de guardaparques y policías ingresaron entonces al parque a buscar al cazador furtivo.
Tras varios intentos frustrados de recuperar el cuerpo, la policía cambió de estrategia y montó un operativo para atrapar a los cómplices de la víctima. El miércoles detuvieron a tres hombres, de entre 26 y 35 años, que aportaron datos precisos del lugar donde habían dejando el cuerpo.
El jueves, finalmente, lograron hallar los restos. ‘Los indicios apuntan a que una manada de leones devoró los restos dejando solo la calavera y un par de pantalones’, explicó a través de un comunicado Parques Nacionales Sudafricanos.