La semana pasada, varios visitantes del Parque Nacional Kruger tropezaron con un rinoceronte que vagaba por una carretera de la sección Phabeni del espacio protegido sudafricano. Por lo que no dudaron en avisar a los rangers. No temían por su vida, eso sí: la que corría peligro era la del gran mamífero.
Los rangers encontraron al animal aún vivo y de inmediato lo condujeron hasta un centro donde recibió los pertinentes cuidados veterinarios. Sin embargo, el rinoceronte, que había sido mutilado (presumiblemente por un grupo de furtivos que ansiaba sus cuernos) llevaba una bala alojada en su cerebro.
Su supervivencia era una posibilidad muy remota, por lo que para evitar sufrimientos innecesarios al ejemplar, éste fue finalmente sacrificado.
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