La investigación fue publicada por la revista Current Biology y en esa secuencia entra el olfato, la vista y el calor que desprende la persona en cuestión.
Los investigadores explicaron que llegaron a esa conclusión después de analizar la forma en la que varios mosquitos hambrientos elegían sus objetivos dentro de un túnel de viento.
En el túnel de viento ubicaron un objetivo que expulsaba una columna de dióxido de carbono (que es similar a la que expulsan los humanos cuando respiran) y contaba con un estímulo visual en forma de punto negro y una placa de vídrio invisible que emanaba calor.
A través de la separación de estímulos se estableció por primera vez la secuencia que utiliza el insecto para atacar. Primero se sienten atraídos por el dióxido de carbono, después por la vista y, finalmente, por la temperatura.