Diego, la tortuga gigante de la isla Española que vivió en EE UU y que tras su regreso al archipiélago ecuatoriano de Galápagos ayudó a salvar su especie al procrear 800 crías, retornará este año a su hábitat, donde hace varias décadas los piratas diezmaron a la población de esos animales.
Su retorno, planeado para marzo próximo, deriva del cierre del programa de reproducción en cautiverio de la especie Chelonoidis hoodensis, una vez que se ha evidenciado la recuperación de las condiciones del hábitat y de la población de tortugas en Española.
Estudios basados en modelos matemáticos con diferentes escenarios posibles para los próximos cien años, revelan que la isla reúne “condiciones suficientes para mantener a la población de tortugas, que seguirá creciendo normalmente aún sin ninguna nueva repatriación de juveniles”, según Washington Tapia, director de la Iniciativa para la Restauración de Tortugas Gigantes.
El director del Parque Nacional Galápagos, Jorge Carrión, explicó este viernes a Efe que actualmente el archipiélago tiene solo el 15 por ciento del número inicial de tortugas, estimado en 400.000 individuos, de quince especies originales.
Árida, pequeña y de fácil acceso, la isla Española, situada en el sureste del archipiélago, perdió años atrás casi la totalidad de las tortugas principalmente a manos de piratas.
Carrión recordó que, antiguamente, el archipiélago era un refugio para piratas y balleneros que se abastecían de alimento en el sitio y se llevaban en sus barcos a las tortugas gigantes que podían “sobrevivir hasta un año, o incluso más, sin comer ni beber”.