Desde hace un tiempo la comunidad de delfines ubicados en el norte del Mar Rojo, en la región Indo-Pacífico, ha estrechado su relación con otro animal marino: el coral Gorgonia.
Como se muestra en el video que acompaña a esta noticia, estos delfines no se separan de ese arrecife en concreto. Restriegan su cabeza y sus aletas y en ocasiones su vientre o parte dorsal, pero ¿por qué se comportan continuamente de esa forma con el mismo coral?
La bióloga especializada en fauna salvaje de la Universidad de Zúrich (Suiza), Ángela Ziltener, ha investigado este hecho tan particular a través de un continuo estudio bajo el mar. Al observar el constante vínculo entre los mamíferos y el coral decidieron analizar las propiedades del invertebrado marino. El resultado ya era conocido por los delfines, y es que las Gorgonias pueden llegar a regular el microbioma de la piel y curar las infecciones cutáneas, efectos medicinales que permiten a la manada marina mitigar el brote de bacterias que ha impregnado sus pieles.
Gracias al coral este grupo de delfines ha descubierto que pueden empujarse hacia sus blandas ramas y acabar con las bacterias alojadas en su piel, todo ello sin la intervención del ser humano. Este hecho recuerda el poder de la naturaleza y la inteligencia que se esconden bajo el mar, por ello la bióloga insiste en la protección del medio ambiente: “La industria del turismo gana mucho dinero ahora con la natación con delfines. La gente sueña con nadar con los delfines, por lo que están averiguando qué arrecifes utilizan y molestan a los delfines si no siguen las directrices sobre cómo acercarse a ellos de forma responsable ”.