Un grupo de investigadores descubrió que el consumo moderado de cafeína, presente en el café y el té, puede tener un efecto significativo en la reducción del riesgo de cardiometabólicas independientemente de la edad, el sexo, el hábito de fumar, la actividad física o la dieta en general.
Investigadores de China y Suecia analizaron los datos de unas 300 mil personas del Biobanco del Reino Unido, una gran base de datos biomédicos.
Los científicos descubrieron que el consumo de cafeína se asocia a un menor riesgo de desarrollar múltiples trastornos cardiometabólicos. Entre ellos se incluyen afecciones como la hipertensión, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes o las enfermedades coronarias. Según algunas estimaciones, tener dos de estos trastornos a la vez, frente a uno solo, puede más que duplicar el riesgo de muerte.
De acuerdo con los investigadores, en comparación con los no bebedores, tanto los consumidores de café como los de té presentaban mejores resultados de salud cardiovascular, independientemente del número de tazas que consumieran al día. Sin embargo, los que tomaban una cantidad moderada de cafeína eran los que tenían menos riesgo de desarrollar múltiples enfermedades.
Un subconjunto de los bebedores de cafeína, de los bebedores de café y té, se sometió a estudios adicionales de biomarcadores sanguíneos. Los análisis de sangre revelaron una asociación entre las bebidas con cafeína y signos de reducción del colesterol y mejora de la resistencia a la insulina.
Diversos estudios anteriores también han demostrado los beneficios que conlleva el consumo de café. En particular, los científicos revelaron cómo el consumo de esta bebida influye en el riesgo de reaparición de cáncer de intestino. Además, el café se asocia a una mejora de la salud cardiovascular y neurológica, y las personas que toman unas tres tazas y media al día son las más beneficiadas. Los nuevos hallazgos concuerdan con esta dosificación.
Los que consumían entre 200 y 300 miligramos de cafeína al día presentaban un menor riesgo de enfermedades cardiometabólicas en comparación con los que tomaban menos de 100 miligramos al día.
En concreto, los bebedores de café presentaban el riesgo más bajo —una reducción de casi 50 por ciento—, mientras que las personas que obtenían entre 200 y 300 miligramos de cafeína del té o de ambas bebidas tenían un riesgo aproximadamente 40 por cienti menor de desarrollar enfermedades cardiometabólicas. En los bebedores de té, el riesgo se reducía más en los que tomaban hasta tres tazas al día, pero los beneficios disminuían a partir de esa cantidad.
Además, cinco tazas de té al día se asociaron a un menor riesgo de progresión de diabetes tipo 2 a enfermedad coronaria, así como a un menor riesgo de que la diabetes tipo 2 desembocara en un ictus.
“Los resultados sugieren que fomentar el consumo moderado de café o cafeína como hábito dietético para individuos sanos puede tener beneficios de gran alcance para la prevención de la multimorbilidad cardiometabólica”, escriben los investigadores, dirigidos por el epidemiólogo Xujia Lu de la Universidad de Soochow (China).
Una advertencia importante del estudio es que solo incluyó a personas que beben habitualmente café o té verde, o negro, que contienen cientos o miles de compuestos químicos, y solo uno de ellos es la cafeína. Los científicos indican que los resultados deben verificarse con nuevas investigaciones, pero señalan que el consumo moderado de cafeína puede tener un efecto protector para la salud cardiovascular en muchas personas, independientemente de la edad, el sexo, el hábito de fumar, la actividad física o la dieta en general.
“Aunque la cafeína, el café y el té en las cantidades descritas en este estudio son realmente beneficiosos para la salud, también hay pruebas sólidas de que altas dosis de cafeína, especialmente cuando se incluyen en cócteles artificiales como las bebidas energéticas, pueden causar alteraciones perjudiciales e incluso peligrosas del ritmo cardíaco”, destaca el jefe adjunto de Cardiología para la Investigación y catedrático de Medicina de la Universidad de California, Dr. Gregory Marcus, citado por CNN.
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