Argentina: Confirman la presencia de ‘elefantes prehistóricos’ en el norte bonaerense

Más leídas

El equipo del Museo Paleontológico ‘Fray Manuel de Torres’ viene siguiendo desde hace unos años la presencia de los mastodontes a través de sus restos fósiles hallados en tres capas sucesivas de suelo de la ciudad de San Pedro, a 170 kilómetros al norte de la ciudad de Buenos Aires, en tres canteras diferentes ubicadas en un radio de, tan sólo, 500 metros.

Las capas geológicas visibles corresponden a tres períodos de tiempo, como Edad Lujanense (que va de 8.500 a 128.000 años), Edad Bonaerense (de 128.000 a 400.000) y Edad Ensenadense (de 400.000 a alrededor de 2.000.000).

‘Los restos de mastodontes en el Ensenadense vienen citados ya desde fines del siglo XIX; en las colecciones del Museo ‘Bernardino Rivadavia’ hay varios ejemplares, aunque fragmentarios y no han sido asignados a algún género en particular’, afirmó Eduardo Tonni, jefe de Paleontología del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, y colaborador del Museo de San Pedro.

Por otra parte, explicó que ‘esta serie de hallazgos realizados en San Pedro en las tres edades geológicas de la zona confirma la permanencia del género en la región en un amplio período temporal’.

Desde el Museo Paleontológico sampedrino, detallaron que ‘recientemente, en sedimentos Ensenadenses, los más antiguos, de la zona, se logró obtener un fragmento de un incisivo o ‘colmillo’ de uno de estos enormes mamíferos en una cantera en actividad; mientras que de los depósitos correspondientes al Bonaerense, se pudo recuperar otra impresionante defensa que pesa 85 kilos y mide 2,23 metros’.

‘En la capa superior, la más moderna, el equipo llegó a completar la secuencia de la presencia de estos animales rescatando un molar de unos 20 cm de longitud en una cantera abandonada a 3 km de la ciudad, muy cercana a las otras dos canteras’, afirmaron.

Últimas noticias

La emotiva travesía de un gato que viajó 8 kilómetros para volver con el hombre que lo rescató

Descubre la increíble travesía de un gato llamado Max. Desde una granja Amish en Pensilvania hasta su regreso al hogar de su salvador.

Noticias relacionadas