La calidad del aire, con las partículas naturales en suspensión y también las que son producto de emisiones, juegan un rol fundamental en la salud y en las causas del cáncer de pulmón.
Si bien investigadores de la Universidad de Miami, Estados Unidos, revelaron un descenso de muertes por esta enfermedad, también demostraron que crecen los casos generados con las partículas en el aire.
Partículas en suspensión y cáncer de pulmón: cuál es la relación
Las partículas en suspensión son elementos microscópicos que flotan en el aire, compuestos por sustancias sólidas y líquidas.
Tienen una gran variedad de tamaños y son una mezcla de sustancias de procedencia tanto orgánica como inorgánica. Además de su origen natural, como el polvo y el polen, provienen de actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, la industria y procesos agrícolas.
Por eso, la presencia de partículas en suspensión en el aire que respiramos juega un papel crucial en su calidad.
Son consideradas de manera global como Partículas Totales Suspendidas (PST o TSP por sus siglas en inglés), y su tamaño oscila desde diámetro menor de 10 µm o micrómetro hasta varios cientos de micrómetros.
Las estadísticas revelan que hubo un descenso de muertes por cáncer de pulmón y otros tumores relacionados en los 10 países más poblados del mundo. Esto en el período entre 1990 y 2019.
Sin embargo, advirtieron por un aumento de la mortalidad debido a la exposición a partículas ambientales en suspensión.
Factores de riesgo: qué reveló la investigación
Los especialistas hicieron un análisis exhaustivo de la evolución de los principales factores de riesgo que conducen al cáncer de tráquea, bronquios y pulmón (TBL).
El estudio, publicado en eClinicalMedicine, parte de información extraída de la base de datos de código abierto Global Burden of Disease.
En el período de tres décadas analizado, las muertes por cáncer de tráquea, bronquios y pulmón (TBL) muestran una reducción del 8% a nivel general. Por factores de riesgo, las muertes relacionadas con el tabaco han disminuido del 72% en 1990 al 66% en 2019, excepto en países como China e Indonesia, donde siguen aumentando.
En relación con el tabaco, la tasa mundial de mortalidad entre las mujeres subió un 2%. Los hombres siguen representando alrededor de las tres cuartas partes de las muertes.
El estudio hace hincapié en que el tabaco sigue representando la mayoría de los casos de este cáncer.
A su vez, la contaminación del aire representa en la actualidad casi el 20% de la mortalidad mundial por cáncer de tráquea, bronquios y pulmón (TBL).
Aunque las muertes vinculadas a la contaminación bajaron entre 1990 y 2019, los expertos subrayan el riesgo creciente que suponen las partículas en suspensión, cuyas muertes asociadas sí aumentaron un 11%.
“La relación entre la mortalidad por cáncer de pulmón y la contaminación atmosférica sigue siendo controvertida, pero cada vez hay más pruebas de que existe una conexión a la que hay que prestar atención”, señaló la investigadora Estelamari Rodríguez.
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