Científicos del Conicet junto a expertos de Francia y Canadá identificaron el genoma completo de un gliptodonte de unos 12 mil años de antigüedad, con el que concluyeron que este grupo extinto de enormes mamíferos acorazados son una subfamilia de los armadillos de unos 35 millones de años de antigüedad, con ‘aumento dramático de tamaño’.
‘Genealógicamente hablando, se ubican en un lugar distinto al que les asignaban algunas concepciones previas: estaba aceptado el parentesco lejano, pero cambió la posición exacta’, afirmó Juan Carlos Fernicola, investigador independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), en el Museo Argentino de Ciencias Naturales ‘Bernardino Rivadavia’ (Macn).
Sergio Vizcaíno, investigador principal del Conicet en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata precisó que ‘los gliptodontes habitaron América del Sur, y eventualmente las tres Américas, durante gran parte del período Cenozoico, desde hace más de 30 millones de años’.
Los gliptodontes desaparecieron en el marco de la extinción de la megafauna ocurrida a finales de la última era glacial, 10 mil años atrás.
Los estudios filogenéticos, que determinan la historia evolutiva de los organismos, basados en la comparación de la información molecular obtenida para los gliptodontes con la de los representantes actuales de armadillos, osos hormigueros y perezosos, permitieron concluir que los gliptodontes tuvieron su origen dentro de los armadillos hace unos 35 millones de años y deberían considerarse una subfamilia extinta, que tuvo un aumento dramático de tamaño, y no una superfamilia separada, como se creía.