Nos enfrentamos a tormentas extremas y a inundaciones devastadoras, similares a las recientes en Europa Central y Oriental, a temperaturas récord inusuales como las que se registran ahora en la cuenca mediterránea, y al incremento de incendios forestales, como los que suceden en Portugal. Los efectos del cambio climático son evidentes y ya no pueden ser ignorados.
Gracias a la mejora continua de la tecnología satelital y a la competencia de los meteorólogos las predicciones meteorológicas a corto y medio plazo, de hasta 14 días, son cada vez más exactas.
Esto es crucial para la alerta temprana de fenómenos meteorológicos extremos, aunque no altera las consecuencias que estos puedan tener.
El largo plazo sólo es posible modelando
Las proyecciones a largo plazo sobre la frecuencia y el desarrollo regional del clima se fundamentan en pronósticos derivados de modelos climáticos avanzados. Hasta la fecha, el foco ha estado en las tendencias globales proyectadas hasta el año 2100, en concordancia con los informes del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Investigadores del Centro para la Investigación Internacional del Clima de Oslo (CICERO) y de la Universidad de Reading en el Reino Unido, han examinado un período reciente. Analizaron la velocidad a la que podrían variar las temperaturas y las precipitaciones, incluyendo sus extremos, hasta el año 2040 en distintas regiones del mundo.
Para su análisis, tomaron en cuenta diversos escenarios de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2040, con metas específicas. Los resultados de este estudio se publicaron el 9 de septiembre de 2024 en la revista Nature Geoscience.
Es tarde, pero no demasiado tarde
Los resultados del estudio indicaron que, incluso con una reducción significativa de emisiones, al menos el 20% de la población mundial podría enfrentarse a un calor y tormentas más extremas, con un riesgo considerable de inundaciones para el año 2040.
Adicionalmente, los investigadores examinaron la influencia de las partículas contaminantes en el aire y su relevancia para el clima regional. Hallaron que la disminución de estas partículas en el aire, debido a los gases de escape del tráfico y la industria en Asia Oriental y Sudoriental, ha causado y seguirá causando un incremento en las temperaturas extremas.
Hasta la fecha, la contaminación del aire había enmascarado el calentamiento global, manteniendo una atmósfera más fresca en dichas regiones. Laura Wilcox, coautora del estudio, comentó acerca de la relación entre la contaminación del aire y los eventos meteorológicos extremos:
“Definitivamente hemos visto que la disminución de la contaminación del aire en muchos países está provocando un aumento más rápido de los fenómenos meteorológicos extremos”.
Cambios peligrosos
Los estudios del cambio climático frecuentemente emplean modelos informáticos globales que ofrecen datos sobre promedios de temperatura y precipitación, entre otros.
Carley Iles, una de las autoras principales del estudio, describió la distinción de esta investigación en comparación con estudios previos de la siguiente forma:
“Nos enfocamos en los cambios regionales ya que tienen mayor relevancia para la experiencia humana y los ecosistemas que el promedio global”.
Los investigadores identificaron regiones para las que se predicen cambios significativos en uno o más índices de eventos extremos en las próximas décadas. De este modo pudieron descubrir nuevos aspectos de las previsiones de escenarios climáticos regionales.
Es de conocimiento común que las temperaturas y las precipitaciones están cambiando debido al cambio climático global. Un hallazgo importante del estudio es que estos factores no están cambiando en la misma dirección ni a la misma velocidad en todas las regiones del mundo.
La velocidad es particularmente importante porque tanto nuestra sociedad como los ecosistemas necesitan tiempo para adaptarse. Si falta este tiempo, el daño es potencialmente mayor. Bjørn Samset, uno de los autores del estudio, destacó en una entrevista:
“Se estima que, en el mejor de los escenarios, unos 1.500 millones de personas se verán afectadas por los cambios. La única forma de enfrentar esto es prepararse, en el transcurso de la próxima década o dos, para una realidad donde la probabilidad de eventos extremos sin precedentes sea significativamente más alta”.
Importancia de este estudio
El nuevo estudio destaca diferencias regionales significativas. En consecuencia, el sur de Asia y la Península Arábiga experimentan cambios acelerados y un incremento en la ocurrencia de eventos extremos simultáneos, tales como olas de calor extremo y tormentas severas con intensas precipitaciones.
En las regiones templadas a polares del hemisferio norte, incluyendo Europa y América del Norte, las precipitaciones extremas están cambiando rápidamente. Como es habitual en estos eventos, el dicho “proteger el clima es proteger a las personas” cobra pleno sentido. Solo una reducción significativa e inmediata en las emisiones de gases de efecto invernadero puede frenar el calentamiento global y asegurar, al menos a largo plazo, una disminución de los riesgos asociados a las condiciones climáticas extremas. Es hora de poner fin a la procrastinación y la indecisión.
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