La pandemia de coronavirus provocó un parate de la actividad humana a escala mundial. Ciudadanos de diferentes partes del mundo han permanecido confinados en sus casas durante semanas y las consecuencias hablan por sí solas.
Un estudio internacional ha motorizado la actividad durante los primeros meses de 2020 a través de sismómetros, aparatos que se suelen emplear para captar la vibración del suelo tras los terremotos.
Los datos revelan que, durante el período de aislamiento global, el ruido sísmico antropogénico ha disminuido un 50 por ciento, convirtiéndose en el más silencioso desde que se tienen registros.
Los datos han confirmado lo que se veía en las calles de las grandes ciudades. El ruido sísmico provocado por la actividad humana se redujo a la mitad durante los primeros meses del año como consecuencia de una bajada drástica de la actividad humana desde principios de febrero.
“Se puede observar que hubo una progresiva recuperación del nivel de ruido en los últimos meses, pero todavía no se ha llegado a los niveles previos al confinamiento”, explicó Jordi Díaz, investigador del CSIC en el instituto Geociencias Barcelona.