Descubren cerca de Nueva York el bosque más antiguo del mundo

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Contrariamente a la creencia popular, el bosque más antiguo del mundo no está en África, ni en el Amazonas, ni siquiera en Asia. Según paleobotánicos británicos, se encuentra cerca de una de las mayores ciudades del mundo, cerca de Nueva York.

El bosque fósil más antiguo del mundo

Los bosques antiguos pueden decirnos mucho sobre el clima de nuestro planeta en el pasado. Con esta idea en mente, unos paleobotánicos británicos han iniciado excavaciones en el estado de Nueva York (Estados Unidos), concretamente cerca de la localidad de Cairo, en el condado de Greene, a sólo dos horas de Nueva York.

Sin embargo, la zona no se eligió al azar, ya que en ella se descubrió hace unos años el bosque fósil que hasta entonces ostentaba el título de bosque fósil más antiguo del mundo. El bosque de Gilboa, situado a pocos kilómetros, se descubrió en una antigua cantera que contenía fósiles de árboles primitivos de hace unos 380 millones de años.

El bosque fosilizado descubierto recientemente cerca de El Cairo por paleobotánicos británicos parece ser aún más antiguo. Está formado por rocas y fósiles que datan de hace unos 385 millones de años, lo que significa que el bosque se desarrolló durante el Devónico Superior.

La edad de este bosque fosilizado se ha determinado datando las rocas del lugar. El yacimiento fue descubierto hace unos diez años, pero los resultados de los análisis relativos a su antigüedad no se han obtenido hasta hace poco.

Estudiar los fósiles para entender el cambio climático

Según los paleontólogos y paleobotánicos del lugar, este bosque primitivo es especialmente rico en fósiles. Se han desenterrado árboles fosilizados de hasta 19 metros de altura, así como numerosos fósiles de peces, lo que podría indicar que el bosque fue destruido por una inundación devastadora.

También se descubrieron en el yacimiento fósiles de raíces de Archeopteris, una especie de gran interés para los científicos. De hecho, estas raíces son restos de helechos gigantes que pueden alcanzar los 40 metros de altura, una especie hoy extinta pero representativa del clima que reinaba en la época.

El periodo Devónico se caracterizó por un clima muy cálido y húmedo, con una temperatura media de unos 30 °C, favorecido por un fuerte efecto invernadero, por lo que este periodo también se conoce como la “era del invernadero”. Este clima generalmente cálido contribuyó al desarrollo de bosques de aspecto tropical en gran parte del globo, entre ellos muchas variedades de helechos, como Archeopteris.

El descubrimiento de este bosque primitivo es de gran interés para los científicos, ya que les permite mejorar sus conocimientos sobre el clima del pasado y, en particular, sobre su evolución. Los árboles fosilizados contienen huellas de la evolución del dióxido de carbono durante este periodo, y esta información podría proporcionar una idea más precisa de cómo ha influido el dióxido de carbono en el clima de la Tierra.

Estos nuevos datos pueden utilizarse en los modelos climáticos actuales para mejorar nuestra comprensión de cómo evolucionará nuestro clima en el futuro. Los niveles de CO2 en la Tierra no han dejado de aumentar en los últimos años, al igual que el efecto invernadero y las temperaturas medias mundiales.

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