La sonda espacial Rosetta detectó oxígeno molecular en la nube de gas que rodea al cometa 67P. El hallazgo tomó a los científicos de la misión completamente por sorpresa, ya que la molécula de este gas es tan reactiva que se pensaba que habría reaccionado con otros elementos durante la formación de los planetas.
Los científicos utilizaron un instrumento de la sonda llamado Rosina para ‘oler’ la atmósfera que rodea al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko durante un período de seis meses.
Así comprobaron que la concentración del gas es constante, lo cual quiere decir que está presente en todo el cuerpo, y no sólo en la superficie que va desprendiendo material a medida que se acerca al Sol.
Además, el oxígeno resultó ser el cuarto gas más común alrededor del cometa después de vapor de agua, monóxido de carbono y dióxido de carbono.
En un principio, los científicos involucrados en la investigación pensaron que se trataba de un error, explicó Kathrin Altwegg, de la Universidad de Berna, en Suiza.