El Polo Sur no siempre ha sido un paraje gélido y desolado. A diferencia de lo que podría parecer actualmente, el continente más austral de la Tierra fue alguna vez una selva frondosa. De hecho, hace 145 millones de años, la Antártida rebosó en especies de dinosaurios gigantescos. Algunos de ellos sobrepasaban los 17 metros de largo.
Durante el periodo Cretácico, los ecosistemas de la Tierra tenía poco que ver con cómo está configurado nuestro planeta en la actualidad. Específicamente, según un estudio publicado en Nature, hace 90 millones de años la Antártida estaba recubierta de una jungla tupida y llena de vida.
Los investigadores aseguran que este surgimiento de vida se debió, en gran medida, a que la Tierra era mucho más caliente que en la actualidad. En gran medida —como se está viendo en tiempos de crisis climática—, a causa de un exceso de dióxido de carbono en la atmósfera, que hacía que el ambiente fuera mucho más cálido en los polos terrestres.
El Polo Sur tenía temperaturas superiores a los 30ºC
Durante 80 millones de años, aproximadamente, el Polo Sur de la Tierra estuvo completamente libre de hielo. En el periodo Cretácico, los niveles elevados de CO2 en el planeta permitieron que la Antártida rebosara en dinosaurios, aves y plantas prehistóricas.
Entre 145 a 66 millones de años en el pasado, explica BBC Earth, «había bosques en ambos polos«. Esto se sabe a partir de los fósiles de árboles antiguos, conchas y reptiles de sangre fría, que arrojan luz sobre las condiciones climáticas polares en aquel pasado remoto. Tanto en tierra firme como debajo de las olas, parece ser que éste fue un espacio propicio para que la vida proliferara.
De acuerdo con Brian Huber, palentólogo del Museo Smithsonian de Historia Natural, a partir del sedimento austral podemos saber cómo fue la evolución del clima en la región:
“Los foraminíferos proporcionan algunos de los mejores registros porque tienes a los que viven en el fondo viviendo en los sedimentos y registrando las temperaturas del fondo del océano”, explica el especialista, “y luego tienes a los planctónicos que viven en los cincuenta metros superiores del océano registrando las temperaturas atmosféricas”.
En aquel entonces, estima Huber, el círculo polar Antártida alcanzó temperaturas superiores a los 30ºC, suficientes para mantener la vida en el invierno del sur. Esto propició que diversas especies de reptiles y mamíferos prehistóricos dominaran la región más austral del planeta.
Es posible que, incluso, los ejemplares más grandes de elasmosaurios vivieran ahí durante el periodo Cretácico. Herbívoros y expertos nadadores, fueron algunos de los animales más largos que han pisado la Tierra en toda su historia natural.