Hace más de 150 años que no coinciden una superluna (una luna llena que se da cuando la Luna está en su punto más cercano a la Tierra), una luna azul (que no se verá azul: es sólo el nombre que recibe la segunda luna llena en un mismo mes) y un eclipse (o luna de sangre, por el color rojizo que toma), y el 31 de enero de 2018 los tres fenómenos coincidirán.
Las superlunas se ven más grandes que lo habitual y mucho más brillantes. En el momento del eclipse, explicó la NASA, la totalidad se verá sobre el océano Pacífico, en un arco desde el este de Asia hasta el oeste de América del Norte. ‘Lentamente la luna comenzará perder su brillo y cobrará un tinte rojizo debido a la forma en que la atmósfera comba la luz’, según la agencia.
En general la luna azul se presenta cada dos años. Pero como el satélite no sabe de calendarios, en 2018 habrá dos lunas azules, en enero y en marzo, mientras que en febrero no habrá luna llena.
El mejor momento para observar una superluna es apenas ha salido. La geóloga planetaria Sarah Noble explicó a la revista Newsweek que ojo humano la percibe más grande en ese momento, sin que se sepa realmente por qué. El astrofísico Jason Steffen, de la Universidad de Nevada en Las Vegas, publicó en la web de la institución que el fenómeno acaso esté ‘un poco sobrevalorado, ya que alude a una diferencia del 10% en el tamaño’.
Al eclipse hay que esperarlo con detalles de minutos: comenzará a las 10:51 (UTC), tendrá su momento máximo a las 12:51 y terminará 16:08. Quienes madruguen podrán verlo: esa hora internacional corresponde a poco antes del amanecer. Steffen destacó que, a diferencia de los eclipses parciales, la Luna cambiará de color.
No hace falta proteger la vista para observarlo, como es necesario en los eclipses de sol. Si está nublado, y para quienes no estén en el camino de la totalidad, el Virtual Telescope Project y la NASA harán streaming en vivo del fenómeno desde las 5:30 de la mañana (horario del este) hasta las 11:30.