El investigador que busca salvar el Titicaca con nanotecnología

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El científico peruano Marino Morikawa ‘resucitó’ en 15 días, con ayuda de la nanotecnología, un humedal que todos daban por perdido, y ahora combina sus conocimientos y amor por la naturaleza para intentar descontaminar el lago Titicaca y la laguna de Huacachina, un oasis en medio del desierto.

 
El humedal El Cascajo, un ecosistema de aguas superficiales de unas 50 hectáreas, en el distrito de Chancay, en el norte de la región Lima, inició su recuperación en 2010 con dos inventos que Morikawa desarrolló por su cuenta y con su dinero.
 
La idea de recuperar al humedal surgió con una llamada de su padre, quien le contó que El Cascajo, dónde iban a pescar cuando era pequeño, estaba ‘en muy mal estado’.
 
El científico, quien estudió la carrera de Medioambiente en la universidad japonesa de Tsukuba, visitó el humedal y lo que encontró fue, según recordó, una ‘imagen desastrosa’ que ‘lo dejó dolido’ y en la búsqueda de una solución.
 
El Cascajo estaba convertido en un depósito de aguas servidas, desechos de granjas de cerdos y rodeado por un basurero ilegal del que las aves migratorias se alimentaban.
 
El humedal desprendía un olor putrefacto y estaba cubierto por unas plantas acuáticas conocidas como lechugas de agua que debían ser retiradas.
 
Tras comprobar esta situación, Morikawa se enfrascó en solitario en la búsqueda y el desarrollo de un método que le permitiera descontaminar el humedal sin utilizar químicos.
 
El primer inventó fue un sistema de micronanoburbujeo, que consiste en burbujas 10,000 veces más pequeñas que las de las bebidas gaseosas y que permanecen entre 4 y 8 horas en el agua, tiempo durante el cual atrapan e inmoviliza los virus y bacterias tras lo cual las destruyen y se evaporan, según afirmó Morikawa.
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