Hubo un tiempo en que el agua se extendió por el cráter Gale. ‘El sabor de esta agua subterránea marciana debió de ser bastante desagradable, con un contenido de sulfato y sodio ¡unas veinte veces superior al del agua mineral embotellada!’, asegura John Bridges, de la Universidad de Leicester. ‘Sin embargo, y como concluye la doctora Susanne Schwenzer, a algunos microbios de la Tierra les gustan los fluidos ricos en azufre y hierro porque pueden utilizar estos dos elementos para obtener energía. Por tanto, el tema del sabor del agua es una noticia realmente emocionante en lo que respecta a la habitabilidad en el cráter Gale‘, añade.
Las vetas minerales que hoy se observan en el cráter Gale eran vías de aguas subterráneas en rocas de lutita, de tipo sedimentario. El estudio sugiere que las vetas minerales se formaron cuando los sedimentos del antiguo lago quedaron enterrados, calentados a unos 50 °C y corroídos. Por tanto, la evaporación de antiguos lagos en la bahía Yellowknife probablemente ocasionó la formación de depósitos o sedimentos ricos en sílice y en sulfatos. La posterior disolución de estos depósitos por las aguas subterráneas produjo la formación de vetas de sulfatos puros en la bahía Yellowknife. Las lutitas con vetas de sulfatos que hay dentro del cráter Gale también se encuentran, con una composición similar, en las rocas de la bahía de Watchet, en North Devon, al suroeste de Inglaterra.