Investigadores de la Universidad Nacional de Los Comechingones (UNLC) proyectan la creación de un dispositivo para desinfectar el agua de lluvia a través de la radiación solar. Mientras la universidad de la provincia de San Luis realiza el estudio sociopolítico de las comunidades que podrían usar la herramienta en desarrollo, el Instituto Nacional del Agua (INA) se encarga de la parte técnica de la investigación.
El proyecto se denomina “Producción de agua segura para consumo humano a escala doméstica: validación de un dispositivo de desinfección solar de bajo impacto ambiental y económico, para la purificación de agua de lluvia” y quedó seleccionado entre más de 400 iniciativas en la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre” del Ministerio de Ciencia y Tecnología nacional. Los investigadores de la UNCL forman parte de la Secretaría de Investigación, Internacionales y Posgrado de la casa de estudios.
“La investigación apunta a la producción de agua segura para consumo humano usando agua de lluvia, un recurso hídrico no convencional, y lo que tiene de novedoso es que combina innovación tecnológica con la social: es un dispositivo que se plantea para que sea operado por el propio usuario”, detalló al Suplemento Universidad la responsable del proyecto y docente adjunta de la UNLC, Fernanda Lopolito.
Para el factor de la innovación social, un equipo de cientistas sociales conformado por María Clelia Guiñazú, Pablo Picco Plencovich y Mariana Solans, entre otros, realizará un focus group (técnica cualitativa de las opiniones y actitudes del público) con referentes sociales de Villa de Merlo. Lopolito explicó que políticos, académicos e integrantes de ONGs que conocen el territorio “van a dar ideas sobre las dificultades que podría haber en el dispositivo para que sea aceptado y operado por los ciudadanos”.
El objetivo del estudio sociopolítico es descubrir qué modificaciones son necesarias para que los y las vecinas de Villa de Merlo se apropien del dispositivo y su uso no resulte complejo. Las comunidades elegidas son aquellas que se encuentran en zonas inaccesibles para las redes de agua o recursos de agua convencionales, como ríos y acuíferos.
La elección de la radiación solar como método de desinfección del agua también tiene que ver con la comodidad y la seguridad de las y los usuarios del dispositivo. Otro método muy común es el uso de sustancias químicas como lavandina y cloro. “Estamos planteando un sistema que es de bajo riesgo y de bajo impacto ambiental, que busca destruir de alguna forma al microorganismo que arrastra de los techos y que debe ser eliminado para que el agua sea segura”, indicó la ingeniera.
“La radiación solar tiene un efecto parecido al que puede tener la lavandina en el sentido que destruye esa bacteria pero por mecanismos diferentes, en este caso por la radiación ultravioleta (UV) que tiene el sol, y produce una especie de cambio en la estructura genética de esa bacteria, impide que se reproduzca y la elimina”, puntualizó Lopolito.
Como la radiación solar varía según la estación del año, el equipo de investigación aspira a obtener una extensión de la financiación otorgada por el ministerio a cargo de Daniel Filmus. Como la convocatoria la ganaron en 2020, hubo un retraso en su otorgamiento como consecuencia de la pandemia y los valores estimados quedaron desactualizados.
“Atendiendo la particularidad de cada estación que afecta a nuestro proyecto, entendemos que podremos obtener autorización del ministerio para poder trabajar en los momentos del año que no pudimos”, confió esperanzada la referente del proyecto.