Indonesia: Isla Flores, el lugar donde las especies se encogen

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En 2003, los investigadores que cavaban en una cueva en las montañas de la isla Flores, de Indonesia, descubrieron fósiles de un diminuto individuo tipo humano con un cerebro pequeño del tamaño del de un chimpancé. Bautizaron a la especie Homo floresiensis.

Estos familiares de los humanos modernos medían poco menos de un metro de estatura. Varias aldeas en el área están habitadas por personas cuya estatura promedio es de alrededor de metro y medio.

¿Acaso este fue el resultado de la cruza hace milenios entre humanos modernos más altos y los Homo floresiensis más bajitos? Quince años después del descubrimiento de los huesos, un estudio del ADN de las personas que viven en Flores ha arrojado un veredicto.

“Es algo raro en la ciencia que te propongas contestar una interrogante y obtengas algo así como una respuesta definitiva y todo se acabó”, dijo Richard E. Green, genetista y coautor del estudio.

Sin embargo, como sucede frecuentemente en la ciencia, la respuesta a una interrogante despierta nuevas preguntas. El estudio demuestra que por lo menos dos veces en la historia antigua, los humanos y sus familiares (conocidos como homínidos) llegaron a Flores y entonces se volvieron más bajitos.

Otras investigaciones han arrojado que los elefantes también llegaron dos veces a Flores y en ambos casos la especie evolucionó y se convirtió en enana. Entonces, ¿qué poder misterioso tiene esta isla para encoger los cuerpos?

Green y sus colegas hicieron dos descubrimientos importantes. Encontraron que los humanos y los neandertales se habían cruzado.

Y los investigadores descubrieron una rama separada de homínidos, conocidos como los Hombres de Denísova, que también se cruzaron con los humanos.

En 2013, Green y Herawati Sudoyo, un genetista en Indonesia, organizaron un viaje a Flores para visitar una aldea llamada Rampasasa, cerca de la cueva. Sudoyo y un asistente de investigación tomaron muestras de saliva de 32 aldeanos.

Otros científicos estaban estudiando de nuevo los fósiles de Homo floresiensis y se dieron cuenta de que tenían por lo menos 60 mil años de edad.

Ese hallazgo redujo drásticamente la ventana durante la cual los humanos podrían haber compartido Flores —y haberse cruzado— con Homo floresiensis.

Los investigadores encontraron que un porcentaje muy pequeño del ADN de los aldeanos procedía de neandertales o denisovanos. Una porción diminuta no correspondía ni a humanos, ni neandertales ni denisovanos.

Los aldeanos de Rampasasa no son bajitos porque desciendan parcialmente del Homo floresiensis. En lugar de ello, sus ancestros eran humanos más altos.

Pero en algún momento después de llegar a Flores, se volvieron muy bajitos —igual como sucedió con Homo floresiensis antes. Los humanos han desarrollado cuerpos de pigmeo en otras islas. Pequeñas poblaciones han evolucionado a una estatura baja en los bosques tropicales de África, Su­damérica y otros sitios.

Los aldeanos de Rampasasa portan variantes de muchos genes que se sabe reducen la estatura.

Una hipótesis importante para el desarrollo de un físico pigmeo es una escasez de comida. Un cuerpo más pequeño exige menos calorías y podría ofrecer una ventaja para la supervivencia.

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