Nuevos datos examinados de las misiones Juno y Cassini, desde Júpiter y Saturno respectivamente, desafían muchas teorías vigentes sobre cómo se formaron y se comportan los planetas en el Sistema Solar.
En concreto, los sensores de gravedad y magnéticos a bordo de la misión Juno de la NASA han enviado ‘datos desconcertantes’ sobre Júpiter. Y es que han revelado que el campo magnético de ese planeta gaseoso tiene manchas (regiones de campo magnético anormalmente alto o bajo) y también una diferencia notable entre los hemisferios norte y sur.
‘Es diferente a todo lo que hemos visto antes’, señaló el científico David Stevenson, del Instituto Tecnológico de California (Caltech), que presentó una actualización de ambas misiones esta semana en la reunión de marzo de la American Physical Society, en Boston.
Los datos de gravedad han confirmado que en medio de Júpiter, que es al menos 90 % de hidrógeno y helio, hay elementos más pesados que representan más de diez veces la masa de la Tierra. Sin embargo, no están concentrados en un núcleo, sino que se mezclan con el hidrógeno superior. La mayoría se manifiesta en forma de un líquido metálico.
Asimismo, ambas misiones han proporcionado información detallada sobre las partes externas de Júpiter y Saturno. La abundancia de elementos más pesados en estas regiones aún es incierta, pero las capas externas desempeñan un papel mayor al esperado en la generación de los campos magnéticos de los dos planetas. Los experimentos que imitan las presiones y temperaturas de los planetas gaseosos son ahora necesarios para ayudar a los científicos a comprender los procesos que están ocurriendo.
Para Stevenson, que ha estudiado los gigantes gaseosos durante 40 años, los rompecabezas son el sello de una buena misión. ‘Una misión exitosa es aquella que nos sorprende. La ciencia sería aburrida si simplemente confirmara lo que pensábamos anteriormente’, aseguró.