Los submarinistas nadan en busca de peces para monitorearlos. Ante el peligro estos animales, estos animales aprendieron a diferenciar las actitudes de quienes los observan y de quienes matarlos. Su comportamiento se vuelve más evasivo ante la presencia de un buzo con arpón.
El ser humano se interna cada vez más en la naturales terrestre y marina; donde las especies se adaptan a su presencia y eluden el peligro. Este es el caso de los peces del Mediterráneo que diferencian si los buceadores nadan o los siguen con un fusil.
La ciencia constató la respuesta de los peces y demuestra que los animales han aprendido a discriminar entre los submarinistas que van o no armados.
Para medir la timidez de los peces, se calculó la distancia a la que un depredador se acerca a la presa antes de que el animal huya. Fuera de las zonas de protección, los peces grandes comenzaron a huir en cuanto un buzo con arma se alejaba de la superficie del agua. La timidez hacia los pescadores estaba asociada a la captura histórica de ciertas especies.