Un estudio de la Universidad de Princeton, de forma inédita, comprueba que importar madera de países en desarrollo o “pobres”, reduce la biodiversidad.
La investigación cuantifica por primera vez el grado en que las naciones contribuyen a esto al trasladar los costos ambientales de su consumo al extranjero.
Importar madera y pérdida de biodiversidad
La pérdida de biodiversidad se aceleró a un ritmo alarmante en las últimas décadas, impulsada en gran medida por actividades humanas como la tala de bosques para cultivar o cosechar madera.

Los investigadores analizaron el impacto de 24 naciones desarrolladas en 7593 especies de aves, mamíferos y reptiles dependientes de los bosques entre 2001 y 2015.
Con datos de comercio, mapas satelitales de deforestación y distribución de especies, identificaron puntos críticos de pérdida de biodiversidad. Calcularon también qué proporción de la destrucción de hábitat de cada especie se debe a las importaciones de cada país desarrollado.
“Rastrear los impactos que los países tienen sobre el medio ambiente fuera de sus fronteras es difícil de hacer”, aseguró el autor principal Alex Wiebe, estudiante de doctorado en el Departamento de Ecología y Biología Evolutiva.
“Al combinar imágenes satelitales con datos económicos y de biodiversidad, ahora podemos medir y mapear exactamente dónde los países impactan a las especies en todo el mundo por primera vez”, agregó.
Las consecuencias de la deforestación
El estudio reveló que la deforestación impulsada por el consumo en 24 países desarrollados fue responsable del 13,3% de la pérdida de hábitat global de vertebrados dependientes de los bosques.
En promedio, estos países causaron un impacto en la biodiversidad internacional 15 veces mayor que el que generaron dentro de sus propias fronteras.
Los principales contribuyentes
Los países que encabezan la lista en cuanto a las consecuencias negativas en otras naciones son Estados Unidos, Alemania, Francia, Japón y China.
Además, 18 de los 24 países analizados tuvieron mayores efectos en el extranjero que a nivel nacional.

“Al importar alimentos y madera, estas naciones desarrolladas están esencialmente exportando extinción”, dijo David Wilcove, coautor del estudio y profesor de Ecología, Biología Evolutiva y Asuntos Públicos, en un comunicado.
“El comercio global extiende los impactos ambientales del consumo humano, en este caso impulsando a las naciones más desarrolladas a obtener sus alimentos de naciones más pobres y con mayor biodiversidad en los trópicos. Lo que resulta en la pérdida de más especies“, remarcó Wilcove.
Los resultados del estudio también revelaron que los países tienden a tener el mayor impacto sobre las especies en las regiones tropicales más cercanas a ellos. Por ejemplo, el consumo de los Estados Unidos tuvo el impacto más significativo sobre la vida silvestre en América Central.
Mientras que el consumo de China y Japón afectó fuertemente a las especies en las regiones de selva tropical del sudeste asiático.
Además, los resultados destacaron los impactos perjudiciales del comercio internacional sobre las especies en peligro de extinción.
Según el estudio, más de la mitad de la pérdida de área de distribución del 25% de las especies en peligro crítico de extinción se debió al consumo internacional.