Un equipo internacional de científicos ha elaborado el catálogo genómico más completo de chimpancés en peligro de extinción y en estado salvaje, un mapa que, sobre todo, permitirá saber de dónde proceden los chimpancés confiscados al comercio ilegal y devolverlos a su lugar de origen.
El trabajo, publicado en la revista Cell Genomics, incluye 828 muestras de chimpancés de todos los países de África por los que están distribuidos, y aporta información sobre cómo se estructuran estas poblaciones, cómo migran y cómo se relacionan o conectan con otros grupos.
«Los chimpancés son una especie en peligro de extinción, con un descenso masivo de su población en los últimos años», explica Claudia Fontsere, primera autora del estudio en el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona.
Por tanto, describir su diversidad genómica actual no solo será útil para trazar la evolución de la especie, sino también para luchar por su conservación e identificar a los ejemplares víctimas del tráfico ilegal que comercia con su carne (bushmeat) o los vende.
Muestras fecales
El proyecto, que ha utilizado miles de muestras de heces recogidas en 48 lugares de África por el Programa Panafricano (PanAf), ha sido posible gracias a los esfuerzos de los científicos por desarrollar estrategias metodológicas para recuperar más cantidad de ADN de las muestras.
Y es que, aunque las muestras fecales son una buena manera de estudiar a los animales sin molestarles, al mismo tiempo, plantean muchos retos técnicos porque «en una muestra de heces de chimpancé hay un 99% de bacterias y solo un 1% de ADN animal», explica a EFE Tomás Marques-Bonet, investigador principal del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) y codirector del estudio.
Tras más de cinco años de trabajo, el grupo de Marques-Bonet logró desarrollar un protocolo basado en las técnicas de secuenciación genómica que permite maximizar el ADN de muestras con poco material genético y que, en este trabajo, ha sido de gran ayuda para los biólogos y los conservacionistas.
Por primera vez, gracias al test desarrollado por el IBE y «gracias a que sabemos cómo es la genética de los chimpancés de estos 46 sitios en África, ahora podemos coger cualquier animal confiscado y saber exactamente de dónde viene, con una resolución que, por lo general, se sitúa en menos de 100 km de su lugar de origen», destaca Marques-Bonet.
Además, el estudio de las muestras también ha servido para reconstruir el pasado de los chimpancés y confirmar que hay cuatro subespecies.
«Ahora tenemos una buena visión de cómo se movieron los chimpancés por África en los últimos milenios, qué ríos fueron barreras principales y qué conectividad hay entre las distintas subespecies», explica el biólogo catalán.
«También hemos demostrado, mediante diferentes análisis que analizan variaciones muy antiguas y más recientes, que la historia de los chimpancés es compleja, muy parecida a la de nuestra propia especie», afirma Mimi Arandjelovic, codirectora del estudio del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, iDiv, y la Universidad de Leipzig (Alemania).
El estudio también ha revelado que hay mucha conexión entre los chimpancés occidentales.
«Saber esto es muy importante para su conservación y realmente argumenta que la conectividad entre los bosques de África occidental, especialmente en la región norte, debe ser preservada para la protección de estas poblaciones y de la subespecie», advierte Marques-Bonet.
Actualmente, los investigadores del IBE están utilizando su método de análisis genómico con heces de gorilas, bonobos y orangutanes, unos análisis que se obtienen de muestras no invasivas y que, seguro, ayudarán a entender mejor y a conservar a estos grandes simios, concluye Marques-Bonet.