El año pasado, científicos del Investigadores de lnstituto Catalán de Investigación Química descubrieron un material azul celeste que ‘atrapa’ a las moléculas de CO2. Esto ralentiza su flujo y permite separarlas de mezclas de gases.
Viendo el potencial de esta tecnología, decidieron patentarla. Ahora, la comercializarán a través una nueva empresa spin-off del centro llamada Orchestra Scientific.
La tecnología, desarrollada por completo en el ICIQ, incorpora este compuesto azul en unas finas láminas de plástico que, enrolladas, pueden introducirse dentro de tuberías.
Cuando se circulan mezclas de gases por estas tuberías, las membranas azules ralentizan a las moléculas de CO2 y las separan del resto de gases como si de un tamiz se tratara. Esto tiene una gran utilidad en la purificación de biogás, una fuente de energía renovable con un potencial inmenso, señalan los autores.
El biogás es un combustible que se obtiene de la fermentación de compost y biomasa. Está formado principalmente por metano y dióxido de carbono. Este metano emitido directamente a la atmósfera tendría un efecto muy contaminante, por lo que normalmente se quema.