La agricultura familiar produce el 70% de los alimentos que se consumen en el país, principalmente los frescos, frutihortícolas y animales de granja. Es decir, de 334.000 productores agropecuarios que hay en Argentina, 251.000, o tres cuartas partes, son familiares.
En ese sentido, resultan fundamentales las políticas implementadas para fomentar los programas y dar apoyo a las familias dedicadas a la producción.
Si bien ya hace 10 años se sancionó la Ley 27.118 de reparación histórica al sector, y aún tiene vigencia, en la práctica no se implementa como debería. ¿Por qué es fundamental este tipo de prácticas para el cuidado de la tierra y la independencia económica y alimentaria?
Qué es la agricultura familiar
La agricultura familiar incluye todas las actividades agrícolas de base familiar, según define la FAO. Es una parte fundamental del desarrollo rural.
Es una forma de clasificar la producción agrícola, forestal, pesquera, pastoril y acuícola gestionada y operada por una familia y que depende principalmente de la mano de obra familiar.
Tanto en los países en desarrollo como en los países desarrollados, es la forma de agricultura predominante en el sector de la producción alimentaria. La agricultura familiar también desempeña un importante rol socioeconómico, medioambiental y cultural.
Ofrece una oportunidad única para garantizar la seguridad alimentaria, mejorar los medios de vida, gestionar mejor los recursos naturales, proteger el medio ambiente y lograr un desarrollo sostenible, en especial en las zonas rurales.
“Gracias a su sabiduría y cuidado de la tierra, los agricultores familiares son los agentes de cambio que necesitamos para lograr el Hambre Cero, un planeta más equilibrado y resiliente, y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, sostiene la FAO.
¿Por qué es importante el apoyo y las políticas públicas?
En el país funciona la Dirección Nacional de Fortalecimiento y apoyo a las organizaciones de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, dependiente de Agricultura Familiar y Desarrollo Territorial.
Para los trabajadores de la agricultura familiar es fundamental que los gobiernos destinen políticas, programas e iniciativos. Para el avance es central reforzar la posición para liderar los cambios económicos, medioambientales y sociales que afectan a las zonas rurales y a todo el planeta.
Los beneficios podrían resumirse en varios puntos:
- Contribuye a la seguridad alimentaria: produce alimentos para el consumo interno de los países.
- Preserva la biodiversidad: ayuda a conservar la biodiversidad agrícola y el uso sostenible de los recursos naturales.
- Mejora los medios de vida: la agricultura familiar genera ocupación agrícola y es una fuente de crecimiento para las economías rurales.
- Protege el ambiente: utiliza métodos de producción que pueden ayudar a reducir o evitar los riesgos del cambio climático.
- Preserva los alimentos tradicionales: contribuye a una dieta equilibrada.
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