La transformación del antiguo zoológico de Buenos Aires en un parque ecológico habitado por un acotado número de especies comenzará en los próximos días con el traslado de aves rapaces a reservas naturales.
El plan parar reducir paulatinamente la presencia de 1.500 animales y transformar el zoológico en un área de conservación e investigación llevará unos tres años en los que los veterinarios determinarán cuáles podrán ser trasladados a reservas de Argentina y del exterior y cuáles deberán quedarse en el zoo, pero en muchas mejores condiciones que las de la actualidad.
‘El límite para el traslado es el riesgo de vida’, afirmó Javier Goldschtein, de la Fundación Banco de Bosques e integrante de la comisión medioambiental para la transformación del zoológico.
Entre los animales que deberán permanecer en el predio están la orangután Sandra, ‘con indicadores positivos de tuberculosis y un cachorro de león que tiene un problema de hipotiroidismo’, explicó el especialista.
A otros animales de avanzada edad un eventual traslado conllevaría demasiado estrés, como el caso de una hembra de oso hormiguero o del leopardo de las nieves.
El traslado de la elefanta Mara, que fue rescatada de un circo donde recibió maltratos, está siendo evaluado. La paquiderma convive con otras dos hembras, Kuki y Pupi, en un recinto demasiado pequeño para las tres y donde no hay troncos, árboles u otros elementos naturales con los que puedan interactuar.
La idea es transformar todos los espacios obsoletos del zoo, como las viejas jaulas del siglo XIX, en otros no tan deprimentes donde mejore el estado anímico de los animales.