La idea suena bien: plantar árboles como moneda de cambio por el impacto ambiental provocado por eventos que movilizan gente. Y no es sólo una idea, en Córdoba al menos dos fiestas en el interior ya aplicaron este criterio, midiendo la ‘huella de carbono’ que producían y a partir de allí calculando la forestación equivalente a sumar.
En septiembre, fue la Fiesta de la Primavera de Jesús María. En octubre, ya se trató de un evento más masivo: la Fiesta Nacional de la Cerveza de Villa General Belgrano. En ambos casos, ya tienen la cantidad de árboles que deberán plantar como remediación. No se descarta que en el corto plazo se sumen otras fiestas.
¿Por qué la huella de carbono y no otras metodologías de medición? Porque ese registro ya tiene metodologías internacionalmente aceptadas y porque se considera como primer factor que contribuye al calentamiento global. En ambas ciudades fue la misma firma consultora la que hizo las mediciones.