Ante la problemática de contaminación existente en la provincia de Tucumán debido a sus ingenios azucareros, el ingeniero Darío Cazónse encontró una alternativa que influencia de modo positivo.
El profesional desarrolló material para la construcción con fines ecológicos, utilizando como materia prima la ceniza vegetal comprimida que despiden las industrias del azúcar.
El resultado final obtenido luego de múltiples estudios es un ladrillo 100 por ciento resistente, tal como los ladrillos comunes, y hasta tienen una resistencia térmica superior y son super aislantes.
A partir de una necesidad de disminuir la contaminación, surgió la idea de la reutilización y se convirtió no sólo en un material apto para distintos tipos de construcciones, sino que también genera puestos de trabajo.
Luego de la creación de la cooperativa IN.PRO.D.A Lta., se desarrolló una planta de producción continua de los ladrillos en conjunto con la capacitación y el uso adecuado.
Desde hace tiempo, Tucumán elige esta alternativa eficaz en la construcción que es agradecida por sus habitantes y el medio ambiente.
