La capital alemana es reconocida por su acervo cultural e histórico y por encarnar el sincretismo perfecto entre tradición y vanguardia. Sin embargo, hay una faceta menos trillada y más sorprendente que invita a disfrutarla en versión ‘verde’. Walking tours temáticos, kayak por un canal, uno de los zoológicos más antiguos de Europa y hasta un acuario dentro de un hotel: entérese y sorpréndase.
Desde la caída del Muro, Berlín es una ciudad en permanente construcción, un verdadero lienzo en blanco en el cual arquitectos, urbanistas y paisajistas han ido plasmando el perfil de una ciudad que hace convivir magistralmente antiguos edificios devueltos a su esplendor original con contundentes muestras de arquitectura de vanguardia.
En esta urbe cosmopolita, la mitad de sus habitantes no poseen coche, la gente se mueve a pie, en bicicleta o en un eficaz sistema de transporte público que busca reducir al mínimo su impacto ambiental, las verdulerías orgánicas ya llevan unos cuantos años en el mercado y hasta algunas peluquerías se niegan a usar productos químicos en sus tratamientos.