La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció que su país se ha fijado el objetivo de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero un 37 % para 2025 con respecto de los niveles de 2005.
Rousseff dio a conocer la meta, parte de la contribución que Brasil llevará en diciembre a París para lograr un acuerdo internacional sobre cambio climático, en una intervención en la sede de las Naciones Unidas durante la Cumbre del Desarrollo Sostenible.
Para ello, Brasil garantizará que las energías renovables, incluida la hidráulica, representen el 45 % de su red de generación energética, frente a la media global del 13 %.
Además, buscará eliminar totalmente la deforestación ilegal en la región amazónica y contrarrestar las emisiones de la tala legal, al tiempo que recuperará y reforestará 12 millones de hectáreas.
El plan brasileño incluye también, entre otras cosas, la restauración de otros 15 millones de hectáreas de pastos degradados.