Chubut: La casa ecológica que se encuentra al borde de la Ruta 3

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La casa ecológica tiene un molino eólico girando sobre su techo y paneles solares en sus costados son el distintivo que muestra que es una casa distinta. En su interior también lo es. Un sótano, un triángulo que funciona como intercambiador de temperatura, y otros espacios, hacen del hogar de Víctor Devincenti una casa diferente, la única casi 100% sustentable de la zona.

“Esta casa no tiene aire acondicionado, tampoco radiadores, solo piso radiante y enciende muy poco en invierno. De calefacción no gasto nada y de electricidad tampoco. Pero el secreto no está tanto en la generación en paneles o eólica, el máximo ahorro está en la aislación térmica”. Víctor Devincenti es técnico electromecánico graduado de la ENET, vive en Rada Tilly y es dueño de la casa ecológica, de los paneles solares y el molino; aquella que se encuentra al borde de la Ruta Nacional N° 3, en el barrio El Mirador.

Se trata de una casa ecológica de 150 m2 casi 100% sustentable. Víctor genera energía que utiliza para iluminar el interior y el exterior, pero también reúsa el agua, realiza compostaje y recicla basura; una casa verde.

Hace 8 años, él se mudo a esa casa ecológica y pensó en cada detalle, pero admite que el proyecto comenzó mucho tiempo antes. “Esto comenzó hace años. Yo vivía en el barrio Roca todavía. Me acuerdo que una vez compré unos paneles solares, chiquitos, a 100 dólares y los guardé. Lo hice como inversión, digo ‘duran 50 años’, y cuando salió este proyecto, que me entregaron el terreno por un problema que hubo con la cooperativa de viviendas, dije ‘vamos a hacer algo’. Entonces se me ocurrió hacer un proyecto con energía renovables, pero la verdad esto comenzó hace mucho”.

A los 14 años Víctor descubrió lo que significa la sustentabilidad. A esa edad, su padres ―una inmigrante croata y un vecino de Lobos, provincia de Buenos Aires, hijo de quien tenía a cargo la ex Proveeduría de YPF― lo llevaron de viaje a Disney pero él, lejos de maravillarse con Mickey Mouse y sus amigos, quedó impactado con EPCOT Center, uno de los parques temáticos que exhibe la innovación tecnológica, la creatividad y la ingeniosidad del mundo.

“Con 14 años pase por las atracciones de tecnología y ya había celdas solares. Me acuerdo que había unas mesas y una luz enfocando las celdas. Entonces vos ponías la mano y el ventilador frenaba, vos sacabas la mano y el ventilador encendía. Eso me llamó la atención, cómo con una luz podía hacer andar un ventilador. Te hablo del año 85. Recién salían los hologramas”.

Esa innovadora tecnología le quedó picando a Víctor y de a poco se fue sumergiendo en el mundo de la mecánica, la electricidad, las aislaciones térmicas, la termodinámica, temas que le apasionan. Más tarde llegarían las casas autosustentables, la recuperación de residuos y la recuperación de agua.

UN PROYECTO ECOLOGICO

Cuenta Víctor que no fue fácil construir la casa de sus sueños. Le costó conseguir materiales y un arquitecto dispuesto a asumir el desafío de lo que quería. Es que todo está pensado en detalle.

Las paredes tienen un espesor de casi 40 centímetros de ancho gracias a bloque retak, doble capa de lana de vidrio, tergopol de alta densidad y aire. Mientras que el techo tiene doble capa de lana de vidrio, tergopol de alta densidad y dos aislantes modernos. El objetivo es que la casa ecológica sea térmicamente eficiente para ahorrar en consumo y energía.

Pero eso no es todo. Como quería tener buena luz en el living comedor, el arquitecto le sugirió que realice un intercambiador de calor, un triángulo que parece un mini invernadero que le permite calefaccionar la casa ecológica por la noche y en invierno.

Respecto a ese espacio, Víctor explica. “Cuando uno entra quizás piensa que no tiene ningún sentido, pero en realidad es un intercambiador de calor. Yo me preguntaba ‘¿cómo hago para tener mucha luz y que la energía no se me vaya, ni el sol me recaliente la casa?’. Entonces el arquitecto sugirió hacer esto. Tiene doble vidrio y afuera vidrio simple. Son vidrios azules de control solar y baja emisividad que te impiden que cuando le pega el sol te recaliente del lado de adentro y también que el calor se vaya. En verano las temperaturas llegan a 45, 46 grados centígrados, es terrible el calor que hace; pero de noche, cuando baja la temperatura, abro la puerta y me calefacciona la casa. Y en invierno también queda calor, entonces cafalecciono de la misma manera”.

La casa no tiene aire acondicionado ni radiadores, solo piso radiante que se enciende principalmente en invierno. “Con muy poquito calor la casa se calienta. El calor no se escapa y llegás enseguida a la temperatura de 24 grados y te corta la caldera. Y después tarda muchísimo en irse, así que eso te permite ahorrar en consumo y que sea más eficiente”.

La casa también tiene un sistema de reúso de aguas grises, es decir lo que se usa en la ducha, lavarropas y bachas. Todo va a un biodigestor y luego pasa a un tanque común junto con el agua que cae de los pluviales del techo a través de una caída única que cuenta con una trampa de agua que se queda con los sólidos. Esa agua tratada termina en un tanque y, cuando llena, automáticamente una luz naranja indica que arranca una bomba de agua y riega el patio interno, donde hay césped, tréboles y árboles que obtienen abono a través de la compostera donde recicla los residuos húmedos, es decir: yerba, cáscaras de frutas y verduras.

Además de los residuos de este tipo, Víctor también recicla vidrios, plástico y metal a través de tres recipientes que tiene guardados en su alacena, un espacio ordenado que cuenta con una cajonera para poder extraerlos.

Cuándo pensó el proyecto, otro de los objetivos era optimizar espacios. Así, se puede ver el lavarropas empotrado en una pared de un pasillo y un sótano en el espacio de herramientas. “Es un espacio extra. Llega hasta debajo de la cocina. En la casa donde yo nací, mi viejo construyó una fosa y un sótano, y ahí me quedó la idea. Siempre estaba fresquito abajo. Ellos lo usaban de almacén de comida para guardar enlatados, todo tiempo de alimentos. Yo dije ‘vamos a hacer lo mismo pero para guardar herramientas’, para guardar todo lo que tenés en la casa y por ahí te ocupa lugar”.

Pero lo que hace vistosa a la casa desde el exterior son los molinos y los paneles solares que iniciaron este proyecto. “Hoy estoy alimentando todo lo que es iluminación y tomas. Si te fijás, todos los tomas tienen dos colores: uno blanco de energía renovable y otro gris de la red de la cooperativa. En realidad el sistema eléctrico tiene tres redes distintas: cooperativa, una renovable de 3000 vatios, y otra de 1000 vatios que es para iluminación, y van conmutando porque es una casa parcialmente sustentable. En un principio el barrio estaba despejado, pero después hicieron muchos duplex y cortaron el viento e hicieron sombras. Pero podría ser aún más sustentable”.

MAYOR EFICIENCIA Y AHORRO

Víctor asegura que hay una creencia errónea respecto a las casas sustentables y que no es tan caro y complejo como parece. “Hay una falsa creencia que el aislamiento térmico es carísimo y en realidad es una falacia. La lana de vidrio no es cara, con poco espesor de lana de vidrio puedo alcanzar una resistencia térmica elevadísima, lo que va a hacer un ahorro de energía tremendo y también sonoro, porque estamos al lado de la ruta 3 y no se escucha nada”.

“Es verdad que la inversión inicial es más alta. Yo igual seleccioné algunas cosas que lo encarecieron más, pero después ahorrás. Yo pago 300 pesos por mes de gas y en el cargo fijo y móvil de energía, 500 pesos. También se piensa que es complejo, pero solares es lo más sencillo y de más bajo mantenimiento. Lo único que tenés que hacer es mantener con agua las baterías y hacer el mantenimiento. La eólica es más complicada, porque requiere más mantenimiento. El resto es sencillo”.

Víctor no está conforme con lo que pasó con el barrio y cómo afectó la sustentabilidad de casa. Por eso, ya piensa en otro nuevo proyecto, en otro sector de casas bajas, donde podrá aumentar la eficiencia de la casa.

En marzo iniciaría la casa que se diferenciará del actual. Por un lado usará otro tipo de tecnología en las baterías solares. También está armando su propio generador eólico de eje vertical y palas de acero inoxidable y, además, evolucionará a otro tipo de intercambio energético, pasando del off grid, fuera de la línea a on grid para usar y entregar energía al sistema eléctrico de la ciudad.

¿Pero qué es lo que motiva a este hombre a realizar tal desarrollo? “Son elecciones, porque en vez de comprar tantos paneles o baterías me podría haber comprado un LCD, pero es algo que no me interesa. Me interesa más innovar en estas cosas. O tal vez podría, en vez de haber gastado en una casa sustentable, haber ido a recorrer Europa, pero me gusta esto. Son elecciones”, afirma el hombre que apuesta a la sustentabilidad y pide una ley de resistencia térmica mínima para muros y techos que permita hacer las casas más eficientes, algo para pensar en tiempos en que se habla mucho de sustentabilidad, falta de energía y consumo.

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