Desde el año 1973, todos los 22 de septiembre se celebra el Día mundial sin auto. La fecha se estableció cuando varios países europeos comenzaron a notar la escasez de sus reservas de petróleo y el daño al medioambiente que esto provocaba, al momento que los países miembros de la OPEP (organización de países exportadores de petróleo) suspendieron sus suministros a aquellas naciones que apoyaron a Israel durante la guerra de Yom Kipur.
Desde 1994, ciudades como Bath (Reino Unido) y La Rochelle (Francia), impulsaron esta fecha mediante sus autoridades. Tres años después, Gran Bretaña fue el primer país en realizarlo a nivel nacional, y desde el 2000 la Comisión Europea hace lo propio a nivel continental para combatir el cambio climático.
La idea del Día Mundial Sin Auto es concientizar sobre los efectos nocivos que trae para el medioambiente el uso desmedido de los automóviles particulares, por su emisión de gases que daña la capa de ozono y la contaminación acústica que genera en grandes ciudades.
Con este día se busca promover el uso de transportes públicos, que ayudarían a disminuir la contaminación como también las congestiones de tránsito. Otra opción buena es caminar o el uso de bicicletas, que además de ecológicos ayudan a nuestra salud y previenen el sedentarismo.
Un beneficio no menor de dejar de lado el uso del auto como medio de transporte diario es el económico. Utilizando una bicicleta o el transporte público, gastos como nafta, estacionamiento, mantenimiento y peajes dejarían de formar parte de nuestro balance de pagos en el mes.
Llegado el caso de que los medios de transporte públicos o las bicicletas no nos sirvan para la ruta que tenemos que hacer y si o si tengamos que utilizar un auto, la recomendación es buscar compartir el vehículo con personas que hagan recorridos similares. De esta manera contribuiremos a una menor contaminación del medioambiente, contribuiremos a luchar contra el cambio climático y además podremos dividir los gastos con otros.