Hailey Ford parece una niña común y corriente, pero su grandeza es poco frecuente y resulta inspiradora. La pequeña tiene como misión ayudar a la gente sin hogar de su comunidad y es por eso que les da un pequeño refugio para que tengan dónde dormir.
Mientras la mayoría de los chicos de su edad juegan con chiches, Hailey toma las herramientas para construir pequeños albergues para las personas que viven en la calle. “No está bien que haya gente sin casa. Pienso que todos deberían tener un lugar donde vivir”, comenta la jovencita a una cadena de noticias.
Su espíritu filantrópico surgió cuatro años atrás cuando junto a su madre le compraron un sánduche a una persona que no tenía hogar en su pueblo en Bremerton, en Washington. Este pequeño gesto la dejó pensando y se dio cuenta que quería hacer más que tan solo darles comida a los carenciados. Entonces, se le ocurrió construir una huerta bautizada con su propio nombre y así repartía lo que ella producía.
Su madre Miranda dijo que le dio permiso porque pensó que la idea solo le duraría una semana, pero dijo: “Han pasado cuatro años y ella aún reparte verduras a los necesitados todas las semanas”.
Pero esto no fue todo y quiso darles un techo donde dormir. Es por eso que decidió construir pequeños albergues con ciertas comodidades básicas para que las personas puedan pasar la noche.
Su campaña en internet ha sido todo un éxito, logrando recaudar, hasta hoy, cerca de 40.000 dólares, que sin duda, aumentarán aún más.
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