En un escenario marcado por fenómenos climáticos extremos cada vez más frecuentes, que evidencian la urgencia de abordar la crisis climática, la comunidad internacional ha llegado a un consenso: la neutralidad de carbono es el camino a seguir. Esta ambiciosa meta implica en primer lugar y con mayor urgencia, reducir la huella de carbono generadas por las actividades humanas. Y, en segunda instancia, compensar aquellas emisiones que no se pueden evitar.
Una alternativa para compensar emisiones es adquiriendo créditos de carbono. Los créditos de carbono son certificados comercializables que representan toneladas de CO2 equivalentes absorbidas o evitadas en la atmósfera a través de un proyecto específico. Estos suelen ser proyectos forestales, de energías renovables, o relativos al uso racional y eficiente de la energía, que pasan por procesos formales de certificación de organismos internacionales independientes. Otra opción es adquirir unidades de Reducción de Emisiones Monitoreadas (REM) emitidas por proyectos forestales de participación directa. Estos son proyectos de pequeña escala con un alto impacto local que necesitan del financiamiento climático para poder llevar a cabo dichas acciones de mitigación.
“En este momento, se está dando a nivel mundial una preocupación profunda sobre la seriedad de los proyectos ambientales detrás de las compensaciones, que ponen en vela de juicio su efectividad para alcanzar la carbono neutralidad”, explica Federico Falcón, director ejecutivo de The Carbon Sink. Y agrega: “Por eso, desde The Carbon Sink, hacemos una selección exhaustiva de los proyectos de compensación de carbono en Latinoamérica que ofrecemos, asegurando que se realicen bajo estándares internacionales de monitoreo y medición de carbono. A su vez, garantizamos que todos los proyectos cumplen el criterio de adicionalidad, es decir, que la captura o reducción de la huella de carbono no habría ocurrido si el proyecto no se hubiera implementado.” asegura Federico.
Qué es “Corredor de los Cedros”
Dentro del marketplace de proyectos de compensación de carbono de The Carbon Sink, se destaca “Corredor de los Cedros” en la ecorregión de las Yungas-Jujeñas. Este proyecto se enfoca en conservar bosques nativos y generar créditos de reducción de emisiones futuras al llevar a cabo labores de restauración de especies locales y protección de la biodiversidad.
Ubicado en una zona amenazada por la deforestación y el avance agrícola, el proyecto evita la destrucción de extensas áreas de bosque nativo, protegiendo especies en peligro como el tapir y el oso hormiguero. Asimismo, alberga otras numerosas especies de gran importancia para la biodiversidad, incluyendo el chancho de monte, pumas, coatíes y más de 160 especies de aves, como el águila coronada, el loro hablador y el tucán.
A través del manejo y gestión integral del bosque con tareas de poda, limpieza y restauración a partir de la replantación de especies afectadas por incendios o dañadas en el tiempo, se busca incrementar el almacenamiento de carbono en el bosque, otorgando así certificados de reducción de emisiones futuras. En total, el Corredor de los Cedros protege 450 hectáreas de bosques nativos, lo que equivale a capturar aproximadamente 40.000 toneladas de carbono en 10 años. El alcance del proyecto se extiende además a la protección de su flora y fauna autóctona, asegurando y monitoreando el hábitat para muchas especies animales y de aves que, de no existir el proyecto, se encontrarían en peligro.
“Cualquier persona u organización interesada en medir, reducir y compensar su huella de carbono a través del proyecto del Corredor de los Cedros u otros proyectos de captura de carbono en Latinoamérica, puede hacerlo de un modo seguro, ágil y accesible a través del sitio web thecarbonsink.com”, recomienda Federico Falcón.