La gran mayoría de las personas tiende a pensarlo dos veces cuando se trata de salir en bicicleta por caminos superpoblados por automóviles. En la ciudad de Chicago han aumentado los accidentes callejeros que involucran a ciclistas. El alcalde quiere combatir este fenómeno y convertir su ciudad en un lugar donde las ciclovías conecten a cada individuo con cada rincón posible.
Para esto prevé la construcción de nuevos espacios y centros especiales para ciclistas y la ampliación de bici sendas para satisfacer las necesidades de las personas. En este sentido, se planea construir ‘River Ride’, una ciclovía flotante sobre el río Chicago, apoyada energéticamente por paneles solares. Se trata de una carretera abierta al público durante todo el año, libre de autos, y esta conectaría Horner con Ping Tom.
Fue diseñada por Second Shore y financiada por Marinetek. Se espera que los paneles solares, instalados sobre el techo vidriado, impidan el congelamiento y acumulamiento de nieve durante épocas de invierno en la carretera. No solo para eso son necesarios estos paneles solares, sino que también proporcionaran la energía suficiente para iluminar todo “River Ride” y mantener activos los techos móviles en caso de precipitaciones fluviales.
Todo esto facilitará la toma de decisión de la población de Chicago a la hora de elegir entre movilizarse en automóvil o bicicleta. Sólo es cuestión de tiempo para que esto sea una realidad y Chicago, al igual que la ciudad holandesa de Eindhoven, con su ciclovía inspirada en la noche estrellada de Van Gogh, se convierta en un ejemplo claro de cómo con políticas e infraestructura adecuadas se puede cambiar la mala costumbre de usar innecesariamente móviles contaminantes. Esto no solo es sano para el planeta, es sano para las personas que se involucran.