La Comisión Europea ha propuesto este martes un sistema común para verificar la huella ecológica de los productos y empresas europeos, con el objetivo de medir con criterios unificados el impacto que su producción tiene en el medio ambiente.
El objetivo es ofrecer a los consumidores una información ‘fiable y comparable’ sobre los sellos ecológicos que a menudo se ven en el mercado de la Unión Europea y dar garantías sobre su certificación o advertir de sus incumplimientos. También se quiere acompañar a las empresas que quieren cumplir criterios medioambientales para facilitarles el proceso.
Por ello, la Comisión recomienda a los Estados miembros, a las empresas y las organizaciones privadas y financieras ‘el uso voluntario’ de las dos herramientas con las que medir la huella de los productos y la de las compañías, respectivamente.
La iniciativa que promueve el Ejecutivo comunitario prevé, asimismo, una fase de ensayo de tres años para fijar reglas de categorías de productos y sectores específicos, que tendrá en cuenta también la experiencia de las empresas con estos métodos.