El viernes pasado conmemoramos el DĆa Mundial del Ambiente, una jornada que nos invita a reflexionar sobre nuestras prĆ”cticas. Desde que asumimos, sostuvimos que el desarrollo econĆ³mico debe estar integrado con lo ambiental. Es decir, tender a la construcciĆ³n de un nuevo modelo que involucre ambos aspectos.
El desafĆo de nuestro presente es establecer la dimensiĆ³n ecolĆ³gica como un planteo social que nos permita avanzar hacia una transiciĆ³n justa. Sabemos que los cambios no se hacen de la noche a la maƱana, pero debemos mejorar gradualmente los procesos productivos del paĆs y nuestras acciones cotidianas.
Fortalecer la economĆa pero no a cualquier precio, y procurar que lo ambiental contemple polĆticas productivas, pero con la gente adentro.
Son muchas las urgencias ambientales en Argentina. Por un lado, no es aceptable tener cinco mil basurales a cielo abierto en nuestro territorio, realidad que impone abordar el problema.
Pero, por el otro, el Estado nacional se debĆa una polĆtica federal para el tratamiento de los residuos que considerara la elaboraciĆ³n de proyectos de plantas de tratamiento en distintos puntos del paĆs, la entrega de equipamiento especĆfico para los municipios y la promociĆ³n de normativa ambiental en las localidades beneficiarias.
Hemos hecho de estos temas una de nuestras prioridades.
AdemĆ”s, la pandemia de coronavirus nos seƱala lo que podrĆa sucedernos en el futuro prĆ³ximo, a consecuencia del cambio climĆ”tico, con eventos cada vez mĆ”s pronunciados, como aumento de la sequĆa y la desertificaciĆ³n, mayores inundaciones y la pĆ©rdida marcada de biodiversidad. En tal sentido, tenemos compromisos asumidos mediante el Acuerdo de ParĆs que nos obligan a revisar prĆ”cticas y a transformar nuestra matriz energĆ©tica y productiva para no perder crĆ©ditos ni competitividad.
Lo que es mĆ”s, los compromisos internacionales nos llevan a pensar que, en tĆ©rminos econĆ³micos, algunas actividades que no se adecuen a lineamientos ambientales podrĆan dejar de aportar utilidades. Como consecuencia, los productores perderĆan ingresos y el paĆs, divisas.
En este tiempo en que nos encontramos en aislamiento por la pandemia podemos aprender que la Ćŗnica salida para abordar las problemĆ”ticas ambientales es la solidaridad y la fraternidad entre las personas y los pueblos. Estamos seguros de que este es el camino que debemos transitar para volver mejores a nuestras actividades cotidianas. Porque cuidar el ambiente es cuidar la casa comĆŗn, una casa que es la de todos y todas.
Por Juan CabandiĆ©: Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la NaciĆ³n.