La agroecología no es sólo una técnica de producción de alimentos, sino una manera de entender la forma en la cual los seres humanos interactúan con la naturaleza. Esa es la premisa básica de quienes sostienen que existe otra forma de producir no dependiente de insumos químicos, sino relacionada con procesos de manejo que respetan los ciclos y los equilibrios de la naturaleza. Sobre esto se debatió la semana pasada en la sede de la facultad de Ciencias Agrarias de la UNR, en la localidad de Zavalla, donde se presentó un proyecto de “Nodos Agroecológicos Territoriales” que buscan aceitar la articulación entre instituciones de ciencia y técnica, productores, Estado y organizaciones sociales en torno a experiencias agroecológicas.
El objetivo de máxima es que existan nodos en todo el territorio nacional: por el momento, ya se creó el primero en el encuentro de Zavalla, con la facultad de Agrarias como institución anfitriona. “Que este sea el primer encuentro de varios en este nodo y que la experiencia compartida incentive la formación de otros nodos en la región”, dijo durante la apertura del encuentro la vicedecana de esa facultad, Griselda Muñoz, quien adelantó que el año próximo comenzará en esa institución la primera diplomatura de pregrado sobre “Transición agroecológica aplicada a sistemas de producción extensivos para la zona núcleo de la región pampeana”.
Un encuentro amplio
Según el primer objetivo del encuentro fue ayudar a visibilizar las experiencias agroecológicas en la región, que son muchas y variadas. “Que esto sirva como un paso para tejer vínculos y articular actividades” subrayó la vicedecana, quien insistió, además, con la idea de que desde la facultad “se apuesta a este desafío” que es pensar e impulsar otro paradigma de producción de alimentos desde el corazón de la zona núcleo agropecuaria argentina, algo que -admitió- “muchas veces no es sencillo”.
Por un camino argumentativo parecido transitó Guillermo Montero, dos veces decano de esa facultad y en la actualidad secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo de la UNR: “estamos en el núcleo duro pampeano, pero siempre defendimos el criterio de sostener los sistemas mixtos de producción. Pensar eso en Agrarias en el año 2003 era raro, pero lo sostuvimos”, recordó.
Un camino en construcción
Los límites ambientales, sociales, productivos y hasta económicos que el modelo agroindustrial basado en insumos químicos comenzó a mostrar en los últimos años abrió la puerta a otros paradigmas, como el agroecológico. “En poco tiempo se transformó todo. Zavalla es un ejemplo de eso, y el propio Estado comenzó a sumar otra mirada. Empezaron a multiplicarse las experiencias en el territorio y esto que parecía una utopía, hoy en un proyecto en construcción” sintetizó Montero, para quien la agroecología “permite pensar la producción pampeana desde otro lugar donde las personas son la clave”.
Zavalla y la Renama
Además de ser sede de la hermosa facultad de Agrarias de la UNR, Zavalla es una localidad de unos 7 mil habitantes, ubicada a unos 40 kilómetros al oeste de Rosario, que desde hace algunos años se anima a transitar un camino de transición agroecológica en su área periurbana, allí donde lo urbano se mezcla con la ruralidad y la producción. Todo empezó después de un reclamo social generalizado por la exposición cercana a los agroquímicos, lo que generó que la comuna avanzara con legislación para prohibir esas aplicaciones en una franja periurbana de 800 metros, a partir del límite habitado.
En 2019 Zavalla se unió a la Renama (Red Nacional de Municipios Agroecológicos) y comenzó a trabajar en un plan de transición hacia lo agroecológico en su zona periurbana, un proceso que se armó de forma paulatina y que comenzó con el reemplazo de plaguicidas químicos por otros biológicos y por la reducción de dosis aplicadas. También se fueron incorporando otras tecnologías como la diversificación de la producción y los policultivos. La Renama fue creada en 2016 con la idea de que cada vez más localidades adopten un modelo productivo respetuoso de la salud humana y el ambiente. Hoy en un entramado que incluye a 40 localidades argentinas y que agrupa a 200 productores que trabajan más de 100 mil hectáreas bajo el paradigma agroecológico, con el asesoramiento de 85 técnicos.
Presencia estatal
Un punto importante del encuentro de Zavalla fue la presencia de actores estatales, a través de varias presencias: la de la facultad, así como la de la ministra de Ambiente de Santa Fe, Érika Gonnet, y la de Eduardo Cerdá, ingeniero agrónomo pionero de la agroecología en el país y ahora a cargo de una novedosa y única en su tipo Dirección Nacional de Agroecología, dependiente del ministerio de Agricultura de la Nación. “Hasta hace poco era tal vez impensado que un ministerio participe de estas instancias, pero es hora de dejar los enfrentamientos y dialogar. Santa fe enfrenta tres emergencias: la hídrica, la ígnea y la agropecuaria. Todas tienen una base ambiental”, dijo la funcionaria.
Cerdá, por su parte, habló de avanzar en la construcción de un modelo de producción de alimentos “emancipador” que desacople a los productores de los costos dolarizados de los agroquímicos y las semillas. “La agroecología es una herramienta que ofrece un cambio, otro paradigma donde prima el equilibrio y el cuidado de la salud”, agregó. Resaltó que el de Zavalla es el primer nodo agroecológico a nivel país y que ya existen 11 facultades que quieren sumarse a esa dinámica. “Se trata de avanzar en una forma de producir que incluye a los productores, porque no podemos olvidar que en los últimos 20 años se perdieron 100 mil productores en Argentina”, concluyó.
